Así es el polémico hotel en el Parque Natural de Cabo de Gata
NR: Cada día vuelven aparecer noticias sobre la guerra para conseguir un balance entre conservación de la naturaleza y desarrollo turístico y más cuando se trata de áreas naturales protegidas como en este caso el Parque Natural del Cabo de Gata (Almería, Andalucía) El dilema está en la autorización a levantar un hotel, restaurando un antiguo cortijo, pero en una zona de restricción de visitantes. Por eso, les compartimos este interesante artículo publicado en El Pais
El proyecto autorizado por la Junta de Andalucía para transformar un antiguo cortijo en un complejo hotelero frente a la playa de los Genoveses, en uno de los tramos de costa mediterránea mejor conservados, desata las críticas de los ecologistas.
La autorización por parte de la Junta de Andalucía de un hotel de 30 habitaciones en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería), en uno de los paisajes mejor conservados de la costa mediterránea española, ha disparado todas las alarmas. Aunque se trata de la rehabilitación de un cortijo ya existente antes de que se protegiera la zona, los grupos ambientalistas se oponen de forma frontal al proyecto. “¿Qué pasaría si todas las construcciones antiguas para uso agropecuario que hay en el parque se transforman en hoteles?”, clama José Rivera, presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo.
El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar conforma un paisaje único y muy frágil, por su extrema aridez. Uno de los sitios más atractivos es la playa de los Genoveses: un arenal virgen sin edificios ni chiringuitos.
En el parque hay múltiples construcciones antiguas, la mayoría de origen agropecuario, como el cortijo Las Chiqueras, a unos 900 metros de los Genoveses.
El cortijo Las Chiqueras, construido a comienzos del siglo XX, cuenta hoy con ocho construcciones en diferente estado de conservación, que incluyen una nave, corrales, almacenes o viviendas.
Tras algunas modificaciones para conseguir la autorización de la Junta, el proyecto de rehabilitación, presentado por la empresa Torres y González Díaz, transforma el cortijo en un hotel de 30 habitaciones.
Para la electricidad, el proyecto prevé 950 metros cuadrados de placas solares. Y para el suministro de agua y el desalojo de aguas negras, conducciones subterráneas de más de un kilómetro hasta la red municipal de San José.
Este paisaje espectacular y la playa de los Genoveses atraen a gran cantidad de bañistas en verano. El riesgo de masificaciones obliga ya a limitar el acceso de vehículos de motor.
Como consta en la documentación presentada a la Administración andaluza, las obras se quieren realizar en el cortijo Las Chiqueras, en una parcela de 26.925 metros cuadrados en el término municipal de Níjar, con construcciones que datan de principios del siglo XX. Forma parte de la hacienda El Romeral, propiedad en su día de Francisca Díaz Torres, conocida en Almería como Doña Pakyta, una empresaria que tuvo un papel clave en la creación del parque natural y la conservación de este paisaje. Son ahora sus familiares, con la empresa Torres y González Díaz SL, los que quieren transformar estas instalaciones de tipo agropecuario en un complejo hotelero a poco menos de un kilómetro de la playa virgen de los Genoveses, una de las áreas con mayor presión de visitantes del parque natural en verano.
En su origen, estas construcciones estaban dedicadas a la elaboración de esparto, la explotación cerealista y la ganadería. Como se describe en los documentos del proyecto, en la actualidad, el cortijo está formado por ocho construcciones dispersas y en muy distinto estado de conservación.
La edificación principal es una nave de 879,50 metros cuadrados (denominada la Fábrica), que primero fue un establo de vacas o bueyes de labor, más tarde un corral de ganado ovino y caprino, y hace unos años se rehabilitó y transformó en un ecomuseo que se usa también como “espacio de celebraciones”.
La segunda construcción más grande es un edificio de hormigón dedicado a corrales y almacén (757 metros cuadrados); se trata de las chiqueras para animales que dan nombre al cortijo.
El resto está compuesto por cuatro viviendas (que suman 635 metros cuadrados), un pequeño almacén en estado ruinoso (24 metros cuadrados) y otra edificación exenta dedicada a garaje (42 metros cuadrados).
Actualmente, estas instalaciones se utilizan para usos ganaderos y agrícolas, pero también para dar comidas, celebrar eventos o acoger visitas escolares.
La rehabilitación autorizada por la Junta de Andalucía supone una intervención integral en toda la parcela, demoliendo buena parte de lo construido para volver a levantar en el mismo espacio un complejo hotelero de 30 habitaciones con piscina.
En qué se convierte cada construcción del cortijo
La nave principal, que ya se rehabilitó hace unos años como ecomuseo, es la única edificación que se mantiene en pie en el proyecto, pasando a ser las zonas comunes del hotel. Una de las viviendas, la casa del pastor, se convierte en la recepción del hotel.
El gran edificio de almacén y corrales se transforma en la zona principal de habitaciones. Justo al lado, se incluye además una piscina, que se caracterizará a la manera de una alberca tradicional.
El resto del cortijo
Vivienda
Aparte de la casa del pastor, las otras tres viviendas se convierten en habitaciones con terraza, hasta llegar a las 30 unidades. La alberca antigua se convierte en depósito de agua potable.lberca
Garaje
Según figura en el dictamen favorable de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible con fecha del 16 de junio de 2020, para conseguir la autorización los promotores renunciaron a la ampliación del aparcamiento (que se mantiene con una capacidad de 70 vehículos) y a nuevos edificios para 13 habitaciones (que finalmente se integran en las construcciones ya existentes). Aparte de estas intervenciones, para la electricidad se plantea la instalación de 950 metros cuadrados de paneles solares y para el suministro de agua y el desalojo de aguas negras, conducciones subterráneas de más de un kilómetro hasta la red municipal de San José.
Representantes del Grupo Playas y Cortijos (al que pertenece Torres y González Díaz SL) afirman que “la familia y la propia empresa están desconcertadas por el revuelo que este proyecto ha generado”. E insisten en que no se construye nada, sino que se “rehabilitan las edificaciones existentes sin aumentar ni un metro su superficie”. De hecho, según aseguran, la mayor diferencia es la transformación del edificio de corrales en habitaciones. “Digamos que es el gran cambio que tendría la cortijada, dado que el resto de edificaciones ya son residenciales actualmente”, comentan a EL PAÍS los propietarios.
Sin embargo, son ya más de 190.000 las firmas recogidas en contra del hotel. Entre las alegaciones presentadas de forma reciente, están las del Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM), que incide en que el cortijo Las Chiqueras se encuentra en una zona del parque catalogada como C1 para cultivos extensivos y defiende que no hay ninguna justificación para autorizar un uso turístico hotelero. Según argumenta esta organización, el proyecto no realiza una adecuada justificación ambiental y social “para autorizar una rehabilitación para un uso diferente al originario”.
Además, también se llama la atención sobre la incidencia de las conducciones subterráneas para el suministro de agua y conexión con el alcantarillado, que deberían atravesar zonas B1 y B2 de elevada sensibilidad ambiental, y sobre el aumento de tráfico rodado en una zona donde ya se han tenido que poner limitaciones de acceso en verano por la gran afluencia de visitantes a las playas. “Esta es una zona desértica muy frágil, pues al no llover la vegetación tarda mucho en crecer”, recalca José Rivera, presidente del GEM, que considera que hay que proteger un parque cada vez más acosado. “El parque está ya rodeado de invernaderos y en los pocos sitios que quedan libres se siguen construyendo campos de golf y más invernaderos”, lamenta.
Desde la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo Díaz (PP) defiende que la autorización del proyecto de rehabilitación “cumple con el Plan de Recursos Naturales del Parque y es absolutamente legal”. La consejera andaluza insiste en que se trata de “una rehabilitación” y en que quiere que sea “absolutamente sostenible como merece la zona, calificada C1 en el parque natural y que tiene uso compatible con el uso turístico medioambientalmente sostenible”. Asimismo, en el término municipal en el que está asentado el cortijo, en Níjar, la alcaldesa, Esperanza Pérez (PSOE), mantiene que si la Junta dice que el hotel es legal, ella no puede oponerse.
Sin embargo, a escala regional, el PSOE de Andalucía se muestra totalmente contrario al proyecto en el cabo de Gata. “Estamos en contra porque en esa zona los usos que se permiten son de carácter agropecuario y esto no es un uso agropecuario”, destaca José Fiscal, portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz y exconsejero de Medio Ambiente con el Gobierno andaluz anterior, que considera que la transformación del cortijo en hotel de 30 habitaciones “sería nefasto para un parque natural que es de primer orden”. “Nosotros defendemos que haya desarrollo turístico, pero en un enclave como este hay que hacerlo en los núcleos urbanos que están próximos”, incide el representante del grupo Socialista, que ya ha anunciado que llevará el caso ante el Parlamento Europeo. “El Gobierno de Moreno Bonilla entiende el desarrollo urbanístico como en los años noventa, enladrillando la costa, y no teniendo en cuenta los valores naturales, esto supone un salto atrás de 30 años”, recalca Fiscal.
Fuentes: Proyecto básico de rehabilitación del cortijo Las Chiqueras a uso hotelero (Torres y González Díaz S.L.) y Dictamen ambiental de la Junta de Andalucía.