NR: Cuando uno lee esta triste noticia y otras muchas similares como las numerosas muertes de guardabosques que defienden la fauna silvestre, es cuando se materializa la realidad del turismo, del safari fotográfico, ecoturismo, etc. en vez de la caza y mucho menos la caza furtiva. Les copio esta nota de El País
Dos compañeros, los periodistas David Beriain y Roberto Fraile, han sido asesinados en un ataque en Burkina Faso mientras grababan un documental sobre la lucha de las autoridades del país contra la caza furtiva. En la emboscada, reivindicada por un grupo islamista, murió también Rory Young, irlandés cofundador y presidente del grupo contra la caza furtiva Chengeta Wildlife. Las investigaciones apuntan a que no existe conexión entre los crímenes y la denuncia de la caza furtiva. Sin embargo, este triste suceso muestra la peligrosidad de estas tierras donde hay que combatir el furtivismo. En los últimos 10 años han muerto 1.000 guardabosques que defendían a elefantes, rinocerontes y otras especies de estos delincuentes, denuncia WWF.
Cada año, los furtivos acaban con la vida de alrededor de 100 tigres, 20.000 elefantes y más de 1.000 rinocerontes para comerciar con sus huesos, su piel, sus colmillos y sus cuernos. El negocio es suculento, un kilo de cuerno de rinoceronte, al que se le atribuyen propiedades medicinales, se puede vender entre 60.000 y 80.000 dólares. El tráfico llega a tal punto que en Sudáfrica Save the Rhino llevó a cabo el año pasado una campaña de descornado de rinocerontes, porque ¿para qué le sirve a un furtivo un rinoceronte sin cuerno?
La mortandad va más allá de los animales diana, hay furtivos que no se conforman con matar a los elefantes. Envenenan sus cadáveres para que los buitres mueran al comer la carroña y evitar que les delaten con su característico vuelo en circulo. Para entender mejor lo que significa la pérdida de los paquidermos para los ecosistemas y para la cultura humana os recomiendo este artículo.
