Se reactiva el turismo rural en Uruguay
Las vacaciones de julio, que terminaban este fin de semana, fueron una oportunidad para que algunas empresas de turismo de Uruguay reabrieran al público y experimentaran la nueva normalidad operativa, con aforos limitados, distanciamiento, higiene y la necesidad de reforzar la confianza de clientes y huéspedes.
Con “la esperanza latente de que para fin de año tengamos las fronteras abiertas y podamos empezar a movilizarnos” parte del tejido empresarial del turismo uruguayo experimentó en las dos semanas de vacaciones de invierno un retorno a la actividad.
La apertura de fronteras, dijo el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, Juan Martínez, “está condicionada a que vayamos teniendo puntos sanos y certezas y se aceleren los tests”.
El turismo rural fue uno de los sectores señalados como apto para atraer la demanda de las primeras corrientes de vacaciones pospandemia. Las consultas previas así lo confirmaban.
Alrededor de la mitad de los establecimientos miembros de la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural (SUTUR) abrieron en julio siguiendo el protocolo general de alojamiento, ya que el específico de turismo rural no fue completado por el gobierno. Tampoco el de excursiones y tours, por lo que no fue posible poner en marcha esas actividades.
Marina Cantera, presidenta de SUTUR, dijo a HOSTELTUR que los prestadores que abrieron observaron una buena repercusión del público para ir al campo los fines de semana.
Si bien la primera semana fue “chata”, la gran mayoría tuvo ocupaciones de 80% los fines de semana y hasta 30% en la última semana de julio.
Los visitantes respondieron a las medidas sanitarias moviéndose “sin miedo” y los operadores se manifestaron como “bastante conformes”.
“Lo importante es no estar cerrados, luego de haber perdido la temporada alta de Semana Santa o Semana de Turismo”, dijo Marina Cantera.
Es que la rentabilidad ya era complicada en un sector que tradicionalmente tiene una ocupación de 25% o 30%, dijo Cantera. La paralización, seguida de un período de reactivación con aforos limitados, falta de certezas e inestabilidad, seguramente afectará más aún las cuentas de las empresas.
Reservas directas
Si bien numerosas agencias de viajes tradicionalmente dedicadas al emisivo pusieron su batería de recursos de comercialización al servicio de la oferta nacional, la mayoría de las reservas de turismo rural se concretaron de forma directa, algunas por agencias online y otras por las agencias, según SUTUR.
“Veo que las agencias se pusieron en conocimiento de productos que no ofrecían y que pienso que van a seguir presentes en su catálogo”, dijo Cantera.
Este trabajo de generar vínculos entre destinos rurales y operadores “se ha hecho durante muchos años para tener relaciones comerciales que sean mutuamente beneficiosas”.
“Ya venía ganando un espacio el turismo nacional”, apuntó la titular de SUTUR, “y esto es un espaldarazo fuerte, un impulso a conocer propuestas nuevas y salir de los circuitos más comunes”.
Los costos de adaptación -higiene, infraestructura, medidas de prevención- son diferentes según el producto y los establecimientos mayores son los que están obligados a inversiones más notorias.
El trabajo previo para la elaboración de los protocolos con el gobierno “apuntó a las medidas más simples para la prevención, que fuera accesible para las empresas chicas”.