Gastronomía sostenible para saborear la esencia mediterránea
A través del Segmento Estratégico Turístico, SET Gastronomía, las Islas Baleares trabajan por dar a conocer y promocionar el producto local (Km 0), posicionando el archipiélago balear como un destino gastronómicamente sostenible.
El SET, que recibe fondos del Impuesto de Turismo Sostenible, ITS, ha puesto en marcha diversas iniciativas encaminadas a generar un aumento de la demanda gastronómica que, a su vez, contribuya a desestacionalizar la actividad turística en las islas.
Si Menorca terminaba el año 2019 recibiendo la distinción de Región Europea de la Gastronomía es debido a la proyección del territorio balear como un territorio comprometido con la protección y promoción de la riqueza cultural y gastronómica propia; un elemento indispensable a la hora de garantizar la sostenibilidad económica, medioambiental y social.
No obstante, el ejemplo de Menorca proyecta los esfuerzos de un archipiélago que, gracias a la colaboración público-privada, ha dado pasos de gigante hacia un modelo gastronómico sostenible. Uno de los proyectos ITS puesto en marcha en todo el territorio balear es el impulso a la diversificación de cultivos en las explotaciones tradicionales sostenibles.
Para contrarrestar el progresivo abandono de actividades como la agricultura y la ganadería, el proyecto contempla la concesión de ayudas que fomenten el multicultivo, las prácticas que contribuyan al mantenimiento de la fertilidad del suelo, la conservación de variedades locales y razas autóctonas o las marcas locales de calidad, entre otros.
Por otro lado, desde el SET Gastronomía se apoyan aquellas iniciativas, asociaciones y empresas que contribuyen a promocionar la gastronomía balear como un signo de autenticidad, calidad y tradición.
Entre ellas encontramos Farmers & Co, Terragust, Sabors d’Eivissa, +Cultura, Pescaturismo o Mallorca Wine Tours.
Además, desde el Gobierno de las Islas Baleares se está promoviendo el régimen de venta directa con el fin de potenciar la comercialización agraria y dotar a los productos de agricultores y ganaderos de un valor añadido al acortar la distancia entre productores y consumidores.
De este modo, la venta directa responde a la creciente demanda por parte de la sociedad de adquirir alimentos frescos y tener un mayor conocimiento acerca de la procedencia y del proceso de elaboración de los alimentos que consumen.