Capital del Turismo Rural de 2021
Los viajeros han elegido Olvera, un pueblo blanco de Cádiz, como la localidad más atractiva para una escapada alejada de la gran ciudad
Enclavada en lo alto de una peña y rodeada de campos de olivos, Olvera se erige orgullosa como la Capital del Turismo Rural de 2021. Por primera vez en sus cinco ediciones, una localidad del sur de la Península se ha impuesto en esta particular iniciativa impulsada por Escapadarural.com, la plataforma digital especializada en alojamientos rurales.
Sigüenza (Guadalajara), en 2017; Aínsa (Huesca), en 2018, Santillana del Mar, en 2019, y Potes, en 2020 (ambas de Cantabria) son los cuatro pueblos que le han precedido gracias a la votación de los internautas. Olvera se ha impuesto a otros nueve finalistas de nueve comunidades autónomas, elegidos entre 247 candidaturas de municipios de menos de diez mil habitantes que apuestan por un turismo de calidad.
Olvera se ha impuesto a otros nueve municipios de menos de diez mil habitantes que apuestan por un turismo de calidad
La localidad gaditana se ha hecho con el flamante galardón superando a Daroca (Aragón) y Yeste (Castilla-La Mancha), segundo y tercero respectivamente. Les siguen Taramundi (Asturias); Cuacos de Yuste (Extremadura); Aia (Gipuzkoa); Chelva (Comunidad Valenciana); Sepúlveda (Castilla y León); Ortigueira (Galicia), y La Baronia de Rialb (Catalunya).
El interés de los españoles por el turismo rural es patente. Se ha convertido en una de las principales apuestas de los viajeros a la hora de planificar un periplo o una escapada lejos de la gran ciudad. La gran diversidad de oferta diseminada por todo el país permite satisfacer a cualquier tipo de viajero que desea huir de las aglomeraciones y busca un contacto con la naturaleza.
Así es Olvera
Olvera es una deliciosa localidad de las inmediaciones del parque natural de Grazalema de casas encaladas salpicadas de geranios y callejuelas empinadas, situada en la frontera entre las provincias de Sevilla y Málaga, a 130 kilómetros de la capital gaditana. Es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más bonitos de la ruta de pueblos blancos de Cádiz, un itinerario de alrededor de 200 kilómetros que transcurre entre pinos, encinas, alcornoques y campos de olivo.
La estampa de la nueva capital del turismo rural, encaramada a un cerro coronado por el castillo morisco y la iglesia neoclásica de Nuestra Señora de la Encarnación, parece sacada de un cuento. Sus orígenes, ligados a su impresionante fortificación, se remontan al siglo XII y todavía conserva muros, torreones y la torre del homenaje, con dos plantas rematadas por una bóveda de medio cañón. Visitar el fuerte y contemplar las vistas desde lo alto, o desde alguno de los distintos miradores de la localidad, no tiene precio.
Muy cerca del castillo, el templo merece también una atención especial. Construido por los duques de Osuna a finales del siglo XVIII, luce dos hermosas torres gemelas. Tras su visita, un paseo por el barrio de la Villa, la antigua medina musulmana, de calles serpenteantes e irregulares, permite sentir la historia en cada uno de sus muros.
Aunque no cuenta entre sus vecinos con más de ocho mil habitantes, la antigua Wupir -denominación con la que era conocida durante la dominación musulmana- ostenta el título de ciudad, que en 1877 le fue otorgado por el rey Alfonso XII.
Una de las atracciones más destacadas es la Vía Verde de la Sierra, un antiguo trazado de ferrocarril de 36 kilómetros
Además de un envidiable patrimonio monumental, cuenta con un entorno natural con numerosas rutas de senderismo y BTT. Una de las atracciones más destacadas es la Vía Verde de la Sierra, un antiguo trazado de ferrocarril de 36 kilómetros que une Olvera y Puerto Serrano. La ruta, que trascurre paralela a distintos ríos, atraviesa rincones de gran belleza como el peñón de Zaframagón, una de las reservas de buitres más pobladas de Europa. No entraña dificultad por lo que, montados en una bici, puede recorrerse en familia.
Por cierto, en Olvera confluyen dos itinerarios de la ruta jacobea: el Camino de Santiago de la Frontera y la Vía Serrana, por lo que, si te gusta caminar, puedes optar por alguna de las etapas establecidas en esta zona.
Visitar la Sierra de Cádiz y no sumergirse en su gastronomía sería un auténtico error. El aceite de oliva es una de las estrellas y gracias a él los platos adquieren un toque especial: desde las típicas tapas a base de serranitos, flamenquines de lomo con jamón, pimiento y queso, o patatas zapateras, pasando por sopas pegás– parecidas a una sopa de tomate-, el arroz con conejo o la torta del Lunes de Quasimodo -un curioso dulce local- que hace las delicias de los paladares más exigentes. ¿Te parece suficiente?