Turismo o Ciencia, o quizás Turismo y Ciencia en España
Con sorpresa y cierto enfado acabo de leer la presentación a los medios de comunicación, que ayer viernes (12 junio), mi paisano -el Ilustre “investigador”- Don Fernando Simón Soria, realizó de modo profético. Aprovechando una de sus habituales intervenciones públicas con motivo de la evolución del COVID-19. Presentación que también me causó cierto espejismo ante la posibilidad de que pueda producirse –algún día- vivir de la ciencia en nuestro país. Tal como parece requerirlo y desearlo el Profesor Simón Soria.
Sin duda, en su comentario se manifiesta una firme declaración. Señalando la existencia de un profundo déficit en nuestro inventario científico. O lo que es lo mismo, declara la insuficiencia de la ciencia española. Al transmitirnos, con referencia a los graves problemas causados por el COVID-19, que debemos tener mecanismos claros de control puestos que, hasta la fecha, tal vez en el futuro, seamos un país que vivamos de la ciencia, pero ahora somos un país que vivimos del turismo, y tenemos que prepararnos para esa situación.
Sin duda, creo que España es un país, en donde la aspiración de mantener la mejora científica en su desarrollo ha de ampliarse
Es evidente y parece correcto lo que desea transmitir dicho enjuiciamiento. Pero considero que debemos ser realistas. Lo que significaría rechazar toda actitud negativa al respecto. Aunque lo normal es que todos los españoles deseemos, que nuestro ilustre epidemiólogo, pueda alcanzar su deseo de investigar y sentir un país más científico. En donde su proyección filosófica sea una realidad, y no solo una ensoñación idealista. Sin duda, creo que España es un país, en donde la aspiración de mantener la mejora científica en su desarrollo ha de ampliarse. Mejorando su conocimiento. En donde la capacidad de aportación ha de considerarse como una exigencia irrenunciable. Pero tampoco puede criticarse dicho balance como un descrédito
Ahora bien, sería importante e interesante, que se manifestarán de modo más académico ¿qué objetivos y niveles se han de pretender, cuando se habla de vivir de la ciencia?. La lectura del deseo de Simón Soria proyecta la imagen de que nuestro país está muy lejos de la categoría científica que ocupa. Ya que el cuándo se valoran los registros e inventarios científicos que España posee, sin duda han de valorarse y reconocerse como instituciones investigadoras de primera categoría la relación de cátedras de investigación en funcionamiento o Centros Universitarios que se ofrecen. En un amplio y riquísimo inventario de proyectos de estudio.
Pero llama la atención en la presentación de Fernando Simón, cierto desprecio que se proyecta en la alusión al turismo. Ya que el comentario referido a la necesidad de vivir del turismo se ofrece como una obligación que responde a una exigencia, a la cual se ha de atender necesariamente. Negándose de modo poco agradecido el papel que ha jugado, juega y jugará en el futuro el turismo como factor de desarrollo. No solo económico, sino en lo social y político.
Negándose de modo poco agradecido el papel que ha jugado, juega y jugará en el futuro el turismo como factor de desarrollo.
Asimismo, ha de destacarse, que la consecución de un nuevo turismo, especialmente acorde con un turismo dependiente del aprovechamiento y respeto a los recursos naturales y al disfrute de la biodiversidad, se ofrece como un rico inventario. Fundamentado en una actividad solo posible basado en la investigación y en la ciencia.
Como consecuencia entiendo, que no tiene sentido enfrentar a la ciencia y al turismo, tal como parece deducirse de la comentada presentación. En primer lugar, porque se ha de valorar a la ciencia como algo indiscutible. Observando en los principios epistemológicos y en la filosofía los únicos instrumentos para el desarrollo turístico. Siempre con proyección permanente en la ciencia. Como único camino para el logro de la eficiencia turística. Y, en segundo lugar, debe entenderse, que el turismo sin conocimiento, o lo que es lo mismo sin ciencia, no puede progresar. O mejor dicho sin ciencia, el turismo solo podrá alcanzar la mediocridad o la incapacidad para el logro de sus objetivos fundamentales. El equilibrio y la eficiencia.
Director del Doctorado de Turismo en Universidad Antonio de Nebrija