La polución podría aumentar la tasa de contagio del coronavirus, según expertos
El pasado 16 de marzo, la Alianza Europea de Salud Pública (EPA, por sus siglas en inglés) advirtió que aquellos que viven en ciudades contaminadas están más expuestos al riesgo de Covid-19.
La contaminación del aire puede causar hipertensión, diabetes y enfermedades respiratorias, afecciones que los médicos están comenzando a vincular con tasas de mortalidad más altas para los pacientes diagnosticados con Covid-19. Un estudio de 2003 sobre víctimas del SARS descubrió que los pacientes en regiones con niveles moderados de contaminación del aire tenían un 84% más de probabilidades de morir que aquellos en regiones con baja contaminación del aire.
“La calidad del aire urbano ha mejorado en el último medio siglo, pero la gasolina y especialmente los vapores de vehículos diesel siguen siendo graves problema. Incluso los últimos motores diesel emiten niveles peligrosos de contaminación. Los pacientes con afecciones pulmonares y cardíacas crónicas causadas o empeoradas por la exposición a largo plazo a la contaminación del aire son menos capaces de combatir las infecciones pulmonares y tienen más probabilidades de morir. Este es probablemente también el caso de Covid-19. Al reducir los niveles de contaminación del aire, podemos ayudar a los más vulnerables en su lucha contra esta y cualquier posible pandemia futura”, dijo la doctora italiana Sara de Matteis, miembro de la Sociedad Europea Respiratoria.
Otro estudio, de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental, muestra el mismo panorama: la evidencia científica correlaciona la incidencia de casos de infección viral con las concentraciones de material particulado atmosférico (por ejemplo, PM10 y PM2.5).
Las partículas atmosféricas, además de ser un portador, constituyen un sustrato que puede permitir que el virus permanezca en el aire en condiciones vitales durante cierto tiempo, en el orden de horas o días. Por otro lado, la tasa de inactivación del virus en partículas atmosféricas depende de condiciones ambientales: mientras que un aumento en las temperaturas y la radiación solar afecta positivamente en la velocidad de inactivación del virus, una humedad relativa alta puede favorecer una mayor tasa de propagación del virus.
Un estudio citado por los científicos de la Sociedad Italiana de Medicina Ambiental, publicado en 2020, dice que uno de los principales factores para la propagación diaria del virus del sarampión en Lanzhou (China) son los niveles de contaminación del aire. También hay evidencia de que la incidencia del sarampión está asociada con la exposición a material particulado.
Y aparentemente, estaría sucediendo lo mismo con el nuevo coronavirus. Los científicos compararon los datos de concentración diaria de PM10 recopilados por las agencias ambientales de toda Italia, eligieron las áreas que superaran el límite legal de material particulado (para Italia son 50 μg m-3) y los compararon con el número de casos infectados con COVID-19 por área.
“Existe una relación entre las superaciones de los límites legales de la concentraciones de PM10 registradas en el período del 10 de febrero al 29 de febrero y el número de casos de COVID-19 infectado a partir del 3 de marzo”.
La relación entre los casos de COVID-19 y PM10 sugiere una reflexión interesante sobre el hecho de que la concentración de los principales brotes ocurrió precisamente en el valle del Po (una de las zonas industriales italianas) mientras se han producido menos casos de infección en otras áreas de Italia.
De acuerdo con The Guardian, hay más evidencia que se suma a estos dos estudios. Una investigación sobre coronavirus Mers, visto por primera vez en Arabia Saudita en 2012, mostró que los fumadores de tabaco tenían más frecuencia de contraer la enfermedad y más probabilidades de morir. La investigación preliminar sobre Covid-19 sospecha que los fumadores y ex fumadores son más susceptibles al virus. Pero una diferencia es que Covid-19 parece tener una tasa de mortalidad general más baja que Sars o Mers.
Paradójicamente, gracias a las cuarentenas que han sido adoptadas por países como China, India y Colombia para evitar la propagación del coronavirus, la polución ha disminuido considerablemente. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Columbia, se estimó que los niveles de material particulado disminuyeron un 35% en comparación con el año anterior en lo que llevan de cuarentena. Según los investigadores de la Universidad de Columbia, las emisiones de monóxido de carbono, principalmente debido a automóviles y camiones, han disminuido en aproximadamente un 50% durante un par de días esta semana.
En países como China, la cuarentena ha tenido un efecto similar. Los satélites de monitoreo de contaminación de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) detectaron “disminuciones significativas” en el dióxido de nitrógeno (NO2) en China. Existe evidencia de que el cambio está relacionado, al menos en parte, con la desaceleración económica que siguió al brote de coronavirus.
“El aire puede estar despejándose en Italia, pero el daño ya se ha hecho a la salud humana y la capacidad de las personas para combatir las infecciones. Los gobiernos deberían haber abordado la contaminación del aire crónica hace mucho tiempo, pero han priorizado la economía sobre la salud al debilitarse en la industria automotriz. La ciencia nos dice que las epidemias como Covid-19 ocurrirán con frecuencia creciente. Así que limpiar las calles es una inversión básica para un futuro más saludable”, dice la Secretaria General de la EPHA, Sascha Marschang.