Los impactos que ha dejado el ecoturismo en algunos parques naturales de Colombia
Pérdida de bosque, contaminación de agua, alteración de las tradiciones locales y expansion urbana son algunos de impactos que ha generado el ecoturismo en unas zonas protegidas, según una investigación del Instituto de Estudios Ambientales la U. Nacional.
Compactación del suelo, pérdida de cobertura vegetal por la construcción o ampliación de senderos, alejamiento de la fauna, domesticación de especies y contaminación del agua y del aire son algunos de los impactos identificados por la actividad turística en zonas de conservación.
La pérdida de cobertura vegetal se puede dar por la construcción o ampliación de senderos; la contaminación del agua se genera por materia orgánica, heces fecales y residuos, y la del aire por el transporte hasta las zonas de ingreso, las fogatas, el consumo de tabaco y el uso de aerosoles.
Por otra parte, en las zonas que circundan los parques se generan cambios importantes en las actividades económicas de los municipios: se acelera la expansión urbana, hay desplazamiento de comunidades indígenas, aumenta la población flotante, cambia la oferta de bienes y servicios locales, aumenta la propagación de enfermedades infecciosas, se alteran las tradiciones locales y bajan los incentivos para actividades como la producción agrícola.
Estos impactos forman parte de los 205 encontrados por la actividad turística en zonas de conservación en los parques, según un estudio adelantado por el profesor Liven Fernando Martínez Bernal, del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
El trabajo se hizo en el marco de un convenio de cooperación establecido en 2015 entre la UNAL y la Universidad de Las Palmas en Gran Canaria (España) –de donde el profesor Martínez es doctor en Turismo, Economía y Gestión– para el intercambio, la formación y la investigación en turismo de profesores y estudiantes.
El docente investigó sobre el impacto ambiental del ecoturismo en áreas protegidas de Colombia como los parques El Cocuy, Los Nevados, Chingaza y el Santuario de Flora y Fauna de Iguaque, en los que se fomentan actividades como senderismo, escalada en roca y en nieve, avistamiento de aves y pesca deportiva, entre otras.
Impactos en aumento
“Los impactos van a ser cada vez mayores, pues se estima que el crecimiento turístico aumentará y, dado que los ecosistemas analizados son muy sensibles, no resisten una actividad turística masiva, por lo cual es necesario crear estrategias para prevenir y mitigar impactos negativos”, advierte el investigador.
Agrega que, en temporadas altas como las segunda y tercera semanas de diciembre y la segunda de enero, estos ecosistemas albergan fácilmente entre 5.000 y 6.000 personas.
“En Colombia no existe una restricción sobre en número de personas que pueden llegar a los municipios cercanos a los parques. De ahí que varias de las problemáticas se relacionan con el uso de agua potable, el manejo de residuos, las basuras, el tráfico, el ruido, la atención de emergencias, el aumento de los precios locales de los bienes y servicios y pérdida de calidad de vida”, puntualiza el académico.
En tal sentido, considera importante que la población local se empodere en ejecutar proyectos productivos y empresas alrededor de la actividad turística de manera que las ganancias se queden en los municipios.
Los resultados mostraron que los visitantes son personas de ingresos medios-altos, quienes en su mayoría acuden a los parques con el propósito de disfrutar del paisaje, realizar actividades deportivas y tomar fotografías. Su permanencia varía entre 1,38 días en Chingaza, 3,5 en El Cocuy, 2,65 en Los Nevados y 2,7 en el Santuario de Iguaque.
“El Acuerdo de Paz ha potencializado el turismo en Colombia y durante los últimos años se han registrado los mayores crecimientos de viajeros en la historia al país (10,4 %). En 2018, la contribución del turismo al producto interno bruto de Colombia fue de un 3,8 % mientras que el crecimiento económico fue de 2,7 %”, puntualiza el investigador.