En La Palma la Bajada de la Virgen regresa en 2020
Cada cinco años, la capital de laIsla Bonita, Santa Cruz de La Palma, se viste de fiesta durante algo más de un mes para celebrar una de las citas más atractivas de Canarias, la Bajada de la Virgen de las Nieves, patrona de la isla.Una cita ineludible en el calendario para los palmeros y palmeras, que atrae a miles de visitantes y que llega en 2020, fiel a su cita lustral.Entre los meses de junio y agosto, un extenso programa de actos lúdicos y espectaculares llenará las calles y plazas de la ciudad, en una celebración que atrae también a palmeros llegados de todas las partes del mundo.Se trata de una fiesta histórica donde las haya. Fundada la Bajada con periodicidad quinquenal en 1676 por el obispo de Canarias Bartolomé García Ximénez, no fue hasta 1680 cuando se celebró su primera edición.Tras varios siglos de compleja evolución, la Bajada ha visto modificados algunos de sus actos del programa o ha adelantado sus fechas de celebración hasta llegar a su estado actual.Durante las dos primeras semanas de julio tienen lugar, en diferentes puntos de la ciudad, las funciones preparatorias al traslado de la imagen desde su santuario hasta el corazón del centro histórico de la capital de la isla. Mientras dura la Bajada, la Virgen reside en la Parroquia Matriz de El Salvador, en la Plaza de España.Hacia ese corazón urbano se dirigen romeros de toda la isla el último domingo de junio. Ataviados con los trajes tradicionales, portan las cuarenta y dos piezas de plata que componen el trono de la Virgen, sobre el que se luego se asentará la imagen.No faltan en esta cita, de marcado carácter cultural, la música tradicional, las indumentarias costumbristas y los rituales gastronómicos.Con la Romería comienza la Semana Chica y, a partir del lunes 6 de julio, tiene lugar la Semana Grande, con actos tan entrañables como el desfile nocturno de la Pandorga, incluido en el programa provisional el lunes 6 de julio. En él, miles de farolillos de madera y papel de colores, iluminados por el tenue brillo de una vela, recorren las oscuras calles del centro de la ciudad, acompañados por los niños y la banda de música.En la Semana Grande, además, intervienen los mascarones, es decir, gigantes y cabezudos que representan a personajes como la Bruja, la Luna de Valencia y el Biscuit. El miércoles es el día del Minué o Danza del Siglo XVIII, aunque en esta edición posiblemente pase al martes 7 de julio, cuya música y coreografía corresponden al compositor palmero Luis Cobiella Cuevas.El número recrea la suntuosidad y elegancia del rococó dieciochesco: 24 parejas de jóvenes que bailan en salones de gusto versallesco. También durante la tarde, y prolongándose hasta la noche, la Danza de Acróbatas, aunque probablemente en esta Bajada pase al miércoles 8 de julio y que simula el fantástico mundo de los ejercicios circenses.Grupos de jóvenes palmeros se lanzan a una exhibición de contorsiones, piruetas y cabriolas que suspenden el corazón de los espectadores. Otro de los números tradicionales es el Carro Alegórico y Triunfal, de honda raíz barroca, que pregona la inminente Bajada y que tendrá lugar el 10 de julio.Pero la magia se reserva para el número por excelencia de las fiestas. El espectáculo que el saber popular ha acabado por convertir en su seña y signo de identidad. Se trata de la Danza de los Enanos, cuya primera actuación será el jueves 9 de julio.En su primera parte, los bailarines representan personajes diversos, que se mueven al ritmo de una melodía cambiante, como monjes, japoneses, marinos, astrónomos, peregrinos, viejos, estudiantes, frailes, dominicos o atenienses. En la segunda mitad del espectáculo, en tan sólo unos segundos, los danzantes se transforman en enanos, al tiempo que inician el baile de una vertiginosa y emocionante polka, interpretada por la Banda Municipal de Música San Miguel.Desde el recinto central, la comitiva de enanos se traslada a las repletas y adoquinadas calles de la capital, donde continúan repitiendo durante toda la noche su trepidante coreografía, hasta los primeros rayos del sol.El sábado 11 de julio tiene lugar la Bajada de la Virgen como tal, el momento real en el que la Patrona es trasladada, rodeada de fervor y devoción, a Santa Cruz de La Palma. Antes de entrar a la ciudad, descansa una noche a las puertas de la ciudad en la parroquia de la Encarnación.En la mañana del domingo de la Semana Grande, coincidiendo con la entrada de la Virgen en la ciudad, tiene lugar uno de los actos tradicionales más sencillos y al mismo tiempo más emotivos: el Diálogo entre el Castillo y la Nave. Por último, cabe destacar la Loa de Recibimiento (o, por extensión, simplemente la Loa).Se trata de la composición para coro, solistas y orquesta sinfónica que se interpreta a la llegada de la Virgen de Las Nieves a la Plaza de España, en el momento culminante de las Fiestas Lustrales. Tiene también un origen ancestral. Desde los orígenes de la Bajada existe constancia de la interpretación de cantos de salutación y alabanza, dedicados a la imagen en cada una de sus visitas.Casi un mes después, el 5 de agosto la Patrona es llevada, en medio de devoción y fervor, de vuelta a su morada, acompañada por feligreses. Un momento en el que será testigo de una representación que recrea a los antiguos aborígenes de la isla, que rinden culto a la Virgen de las Nieves.Fiesta de marcado carácter cultural e históricoCon más de tres siglos de historia, la importancia cultural y también social de la Bajada de la Virgen en La Palma trasciende muchos ámbitos. De hecho, en julio de 2017 se celebró el I Congreso de la Bajada de la Virgen, en donde se dieron cita numerosos profesores, investigadores y musicólogos procedentes de las universidades de La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria, Alicante, Autónoma de Madrid, Complutense de Madrid, Rey Juan Carlos, Universidad Nacional San Marcos de Lima, Instituto Escurialense de Investigaciones Estéticas y Artísticas y, por último, un nutrido grupo de historiadores locales y regionales, distribuidos en tres conferencias plenarias, otras tantas ponencias marco y 28 comunicaciones.El objetivo fue abordar aspectos desconocidos o muy poco tratados hasta la fecha y que establecen líneas de investigación para el futuro de una fiesta con un riquísimo legado cultural.A principios de este 2019 se presentó el libro de actas del congreso, que constituye un sólido material de investigación en torno al origen de los principales números que conforman el programa tradicional y la ritualidad que estos aportan al conjunto de la Bajada de la Virgen. Sin duda, una de las manifestaciones festivas más singulares del patrimonio inmaterial español.Números como el Carro Alegórico y Triunfal, el Diálogo del Castillo y la Nave, los traslados de bajada y subida del Trono, las danzas de Acróbatas, Mascarones, Enanos, Infantil Coreada y del Siglo XVIII o el desfile de la Pandorga contribuyen a nutrir un programa único y en el que antiguamente todos los actos se disponían de acuerdo con un ordenado y simbólico protocolo de recibimiento de la imagen mariana, que se trata de recuperar en la actualidad.
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