Turismo Sostenible, la clave para el futuro de las regiones
Durante las últimas décadas, el sector turismo ha mostrado un notable crecimiento, aspecto que le ha permitido convertirse en una industria de peso en la economía y comercio del país. Precisamente, en 2017, Colombia registró una cifra récord en este tema, más de 6.5 millones de personas provenientes de otras naciones llegaron al país.
“De acuerdo con la cuenta de viajes y transporte de pasajeros, Colombia logró el año pasado ingresos por US$5.787,72 millones (la más alta en la historia del país), mientras que en 2016 alcanzó los US$5.490,52, cifra entregada por el Banco de la República”, afirmó el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
Sin embargo, y pese a los beneficios económicos que este sector genera, el turismo también provoca algunos efectos negativos debido a la magnitud de la industria. Contaminación de las reservas naturales, desplazamiento de la población local y erosión, son algunos de ellos. Por este motivo, el concepto de turismo sostenible ha tomado tanta importancia.
Para la Organización Mundial del Turismo, OMT, el turismo sostenible es aquel “que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
Con el objetivo de aumentar en el mundo la conciencia entorno al cuidado del medio ambiente y al viajar de manera sostenible,las Naciones Unidas designador el 2017 como el Año Internacional de Turismo Sostenible para el desarrollo, y durante el 2018 han realizado campañas para promover este tipo de turismo.
Alejandro Arango Ramírez, profesor de la facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Piloto de Colombia y experto en temas de consumo sostenible, habla de la importancia, de los beneficios que trae esta práctica y de cómo debería abordarse en Colombia.
¿En qué consiste el turismo sostenible?
El Turismo Sostenible consiste en la puesta en práctica de modelos de turismo en los cuales se debe atacar dos problemas globales prioritarios y que en el sector suelen evidenciarse con particular notoriedad: la degradación de los ecosistemas y la exclusión social.
Así, puede decirse que el turismo es sostenible cuando cumple dos condiciones fundamentales: asegura el bienestar de las personas directa e indirectamente involucradas en él, y, su funcionamiento no compromete la capacidad de las futuras generaciones de personas involucradas de lograr su propio bienestar.
Tener esta definición en mente es importante porque aunque en el mercado se ven prácticas que son o parecen sostenibles, esto no significa que haya una verdadera sostenibilidad en el modelo.
¿Cómo impacta el turismo sostenible en la reducción de la pobreza y la desigualdad en Colombia?
A pesar de los esfuerzos de muchas empresas responsables, agremiaciones, sector público y organizaciones comunitarias, hay muchas dudas sobre si Colombia cuenta con un verdadero modelo de turismo sostenible. Esto se evidencia a partir de episodios más o menos frecuentes de sobrecarga de visitantes en lugares como el Parque Tayrona (Santa Marta), Isla Barú (Cartagena), Caño Cristales (Meta), Lago de Tota (Boyacá), Páramo de Sumapaz (Cundinamarca), entre otros, y por el dominio de nociones del turismo como una actividad basada en “economías de escala”, donde las utilidades dependen del número de turistas y de la disminución de costos operativos (transportes, alojamientos, alimentación, otros), no de la exaltación del patrimonio natural y cultural del país.
Estas concepciones están estrechamente correlacionadas con dinámicas de impactos ambientales y pobre distribución de los beneficios del turismo entre los actores locales. Sin embargo, el potencial del turismo sostenible como motor de una vida digna es enorme. Un dato sencillo para dar una idea al respecto es que, siendo Colombia el país más biodiverso del mundo en proporción a su territorio, según la Organización Mundial del Turismo, mientras un viajero promedio gasta por día unos US $80, uno interesado en la naturaleza gasta US $400. Igualmente, el Acuerdo de Paz abrió grandes oportunidades para el desarrollo del sector: en 2017 llegaron más de 6’500.000 turistas al país, superando en un 150% la cifra de 2010 cuando apenas llegaban un poco más de 2’000.000.
¿En Colombia cuáles son las regiones que hacen turismo sostenible y que están certificadas?
Para destinos, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo aplica las Normas Técnicas Sectoriales de Turismo Sostenible para certificarlos. Aunque este no es el único esquema para adelantar el proceso, porque también hay organizaciones internacionales con este enfoque, para el gobierno nacional la lista incluye al Centro Histórico de Cartagena, al municipio de Puerto Nariño (Amazonas), el Parque Arví de Medellín, el municipio de Jardín (Antioquia), Buga (Valle), Mompox (Bolívar), y en el Chocó la Playa La Aguada y la Isla Gorgona.
¿Cómo se logra esta certificación y qué implica?
Las certificaciones de turismo sostenible se pueden asignar a empresas (como hoteles o restaurantes), otras organizaciones (comunidades locales) o a destinos. Estos certificados pueden ser otorgados por el sector público o por organizaciones privadas, gremiales o no gubernamentales, que sobre la base de unos criterios generalmente enfocados en asuntos de manejo de impactos ambientales e inclusión social, realizan un proceso de auditoría y seguimiento para verificar que el aspirante cumpla lo establecido.
¿Cuáles destinos deberían apostarle al turismo sostenible en Colombia y aún no lo hacen?
La sostenibilidad no debe verse como una “exigencia del mercado” o un camino para conseguir nuevos clientes. La sostenibilidad es el camino para lograr un desarrollo justo y seguro para la humanidad, por eso, no sólo es un imperativo ético, es la más grande meta del siglo XXI. La respuesta es entonces que toda organización y todo destino debe ser sostenible, simplemente no hay otra alternativa. Más en un país como Colombia, donde a pesar de su enorme diversidad natural y cultural, el modelo aún sigue enfocándose en el extractivismo, la forma más simplista y contraproducente de desarrollar una economía.
¿Cómo estamos frente a otros países?
Colombia lleva ya varios años posicionándose como destino de eventos, de salud y de naturaleza. Creo que el potencial de Colombia es significativamente mayor que al de otros países de la región. Pero aunque hemos crecido aceleradamente en número de visitantes, el hecho de que por el post acuerdo nos estemos enfrentando a un escenario nuevo, están saliendo a relucir varias fallas de fondo en nuestro sistema: desarticulación institucional, débil sensibilidad cultural de los prestadores de servicios turísticos ante los visitantes foráneos, dominio aún no suficiente de idiomas, bajo desarrollo de estrategias de marketing digital y erróneas interpretaciones de lo que es la infraestructura adecuada para el desarrollo del sector (noción de que las megaobras atraen turistas en detrimento de las infraestructuras diseñadas localmente).
¿Colombia podría ser líder en turismo sostenible en la región?
Dada la enorme diversidad natural y cultural del país, cuando se analiza esta pregunta, sorprende que no seamos los líderes del sector. Cuando comparamos a Colombia con países que manejan mercados de turistas similares al nuestro, como México, Costa Rica, Perú, Ecuador y Brasil, encontramos que la variabilidad ecosistémica, paisajística, de especies y cultural entre regiones, es particularmente marcada en nuestro país.
Puede decirse fácilmente que la experiencia de transitar entre regiones en Colombia es similar a la de transitar entre naciones. El camino para liderar el sector me parece que pasa por entender que la marca de país, que tanto nos ha costado trabajo encontrar, está precisamente en esa complejidad. En saber que para lograr el desarrollo del sector, basta con identificar nuestras diferentes potencialidades locales, y en desprendernos de esa visión arcaica de que las grandes infraestructuras son las que jalonan el sector.