El empleo en turismo, en el nivel de la construcción en su ‘boom’
Los ocupados del sector son el 13,7 por ciento del empleo total en España, según datos de Turespaña.
El turismo ha sido uno de los principales motores que ha sacado a la economía española de la crisis. También se ha convertido en la cabeza tractora del empleo. Tanto que en primavera, el sector empleaba 2,65 millones de personas, según datos de Turespaña a partir de la Encuesta de Población Activa.
Esta cifra roza el máximo que marcó la construcción en pleno boom y supone un 13,7 por ciento del total del empleo que hay en España: seis décimas más que el ladrillo en 2007. No obstante, la temporalidad, por encima del 35 por ciento, es mayor que en el conjunto del mercado laboral.
A la par que el sector turístico ha batido récords de llegada de turistas y de ingresos en los últimos años, también ha aumentado la mano de obra. En 2014, Turespaña calculaba que en 2014, esta actividad empleaba a algo más de 2,2 millones en el segundo trimestre. Cuatro años después supera los 2,6 millones.
Lo más probable es que esta cantidad crezca bastante en el tercer trimestre, el que incluye el verano, la época en que las empresas vinculadas al sector turístico contratan a más trabajadores. Por tanto, es fácil que con la siguiente edición de la EPA, la cifra que extrae Turespaña se acerque a los tres millones de ocupados. Esos dos millones y medio de ocupados (2,17 millones de asalariados y 483.861 autónomos) representan 13,7 por ciento de la fuerza laboral (19,34 millones).
Desde 2009, estas cifras convierten el turismo en el principal sector empleador del país, sustituyendo a la construcción, actividad que reinó en el empleo en los años del boom inmobiliario. En 2007, cuando la burbuja del ladrillo estaba a punto de estallar, la construcción llegó a emplear a 2,7 millones de personas, según datos del INE. Entonces, la población ocupada rebasaba los 20,5 millones, por lo que el porcentaje se quedó en el 13,1 por ciento.
El tirón del sector turístico durante la recuperación e, incluso, en buena parte de la crisis ha elevado el peso de la mano de obra del sector servicios a su punto más alto en las series estadísticas, el 75,5 por ciento del total en 2017. La otra causa hay que buscarla en la pérdida de protagonismo de la construcción, que aunque recuperó empleo desde hace tiempo, sigue muy por debajo del elevado listón que dejó antes de su caída.
El lado negativo de este volumen de empleo está en la alta temporalidad, provocada por la elevada estacionalidad inherente a la propia actividad. Entre abril y mayo, el 35,2 por ciento de los asalariados del sector tenían un contrato con fecha de caducidad, 9,6 puntos porcentuales más que la media del sector servicios y casi 8,5 puntos más que la del mercado laboral español, que de por sí se destaca en Europa por ser el país con una mayor tasa de temporalidad.
Esta tasa, además, ha ido creciendo desde que Turespaña recopila los datos de empleo: en el segundo trimestre de 2009 era 31,4 por ciento. Pero en el último año han crecido a mayor ritmo los contratos indefinidos ( 6,7 por ciento) que los temporales (2,7 por ciento), por lo que el 35,2 por ciento de temporalidad de este año es casi un punto porcentual inferior que el del mismo periodo de 2017.