Pakistán le apuesta al “oro verde” y siembra más de 1.000 millones de árboles
Pakistán es el escenario de una lucha monumental contra la deforestación. “El tsunami de árboles” ya está dando frutos y transformando las áridas montañas.
Hasta donde alcanza la vista, las colinas áridas de los alrededores de Heroshah se han convertido en un bosque gracias a los cientos de millones de árboles plantados en el noroeste de Pakistán para luchar contra la deforestación.
En 2015 y 2016, unos 16.000 jornaleros plantaron más de 900.000 eucaliptus.
“Antes era una tierra quemada. Ahora tienen oro verde entre las manos”, comenta Pervaiz Manan, mostrando fotografías del “antes”, cuando sólo unas briznas de hierba rompían la monotonía del paisaje parduzco.
“Las plantaciones mejoraron la belleza del lugar. Pero también controlan la erosión, contribuyen a limitar los efectos del cambio climático y disminuyen las posibilidades de inundación”, enumera este responsable forestal, que supervisó el programa en Heroshah.
Dentro de unos años los eucaliptus, que ya miden varios metros de altura, serán cortados y volverán a crecer.
“Nuestros hijos, nuestros ancianos y viudas recibirán parte del dinero. Es un beneficio enorme para nosotros”, afirma Ajbir Shah, un vecino del lugar. “Nuestras colinas se han vuelto útiles”, añade.
Un total de al menos 300 millones de árboles de 42 especies plantados en la provincia de Jíber Pajtunkhwa (KP) como parte del “Billion tree tsunami” (El tsunami de 1.000 millones de árboles). Los particulares se encargaron de 150 millones de plantaciones y se aplicaron medidas estrictas de regeneración forestal que permitieron 730 millones de brotes nuevos. Es decir más de 1.000 millones de árboles nuevos, según la dirección del programa.
En los valles de Swat, donde entre 2006 y 2009 la tala fue masiva, bajo el yugo de los talibanes, algunas zonas de la montaña estaban peladas y otras se limitaban a unos cuantos pinos.
– “Transparencia” –
El acceso a estas zonas está prohibido a las personas y los animales para evitar que estos últimos devoren los brotes diseminados por la polinización.
“Hay tantos que no se puede caminar sin aplastar los jóvenes pinos”, asegura con una sonrisa Yusufa Khan, otro “guardabosques” del KP, encantado con el resultado.
El tsunami verde, que se prestaba a bromas por sus metas consideradas fantasiosas, “sobrepasó” en 60 millones el objetivo de los 1.000 millones de árboles, afirma Kamran Husain, un responsable de la organización WWF, auditora independiente del proyecto.
“Confiamos al 100% en que las cifras son correctas”, afirmó a la AFP, recalcando la “transparencia” de un programa al que “cualquiera puede acceder en la red a todas las informaciones”.
La oenegé Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo calificó de “auténtico éxito”.
Una situación opuesta a la de otros lugares de Pakistán, donde la superficie forestal ronda el 5,2% de la total (contra el 12% recomendado por la ONU), según las autoridades.
En Garhi Bit, en la provincia de Sindh (sur) sólo queda un árbol, que da sombra a la pequeña mezquita del pueblo.
“Es nuestra memoria de tiempos pasados”, filosofa Dad Mohamad, un agricultor de 43 años. “Antes, había muchos, de todo tipo. Pero a causa de la falta de agua empezaron a secar, entonces lo talamos todo”, explica, mostrando cientos de metros de tierras cultivadas donde antes había un bosque.
– “Desastre” –
Más del 60% de los bosques cercanos a las orillas del río desaparecieron en 60 años debido a la sequía y a las talas masivas de los años 1980, explica Riaz Ahmed Wagan, un responsable forestal de esta provincia, que lo califica de “desastre”.
El tsunami verde habrá costado entre el inicio en 2014 y el final en junio de 2020 un total de 169 millones de dólares (143 millones de euros), asumidos integralmente por KP. La provincia se encuentra actualmente gobernada por el principal partido opositor del país, el PTI.
Al comienzo de 2017, el gobierno federal lanzó “Pakistán verde”, para plantar 100 millones de árboles en cinco años en el país.
“No es una competición. No deberíamos convertir el cambio climático en un tema electoral”, afirmó a la AFP Mushahidulá Khan, exministro de calentamiento global.
El jefe del PTI, el carismático excampeón de cricket Imran Khan, advirtió que si su partido gana las legislativas del 25 de julio invertirá “masivamente” en la protección del medio ambiente.