“Esto no es por mí. Yo voy a estar muerto. Es por vosotros”. El gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, hizo el pasado jueves una defensa apasionada de la legislación del Estado en materia medioambiental en un discurso que sonó como una profecía en tiempos difíciles para la lucha contra el cambio climático.
La intervención de Brown, que saltó inmediatamente a las redes, se produjo en la Comisión de Medioambiente del Senado californiano, en Sacramento, donde se debate una ley para extender el mercado de emisiones de California hasta el año 2030. California tiene un programa de mercado de emisiones, que básicamente obliga a las industrias a pagar por contaminar y es único en el país. El Gobierno lo considera la pieza fundamental de su agresiva estrategia de lucha contra el cambio climático, que incluye los objetivos de emisiones más ambiciosos de Estados Unidos. El actual programa acaba en 2020.
Brown, que rara vez se implica en la tramitación de una ley, decidió defender la cuestión en persona ante los legisladores porque, aunque los demócratas dominan completamente el Legislativo, quiere que sea un tema bipartito para que quede protegido de posibles cambios de Gobierno. Y también porque los demócratas parecen divididos en algunos detalles. Brown pidió a los dos partidos que no duden en “el voto más importante de sus vidas”.
El gobernador empezó por defender “el programa más eficiente y elegante del mundo, el mercado de emisiones de California”, como la mejor manera de reducir los gases de efecto invernadero. Lo opuso a “regulaciones masivas e intrusivas” y aumentos de impuestos que acabarían afectando a la economía. “No se deshagan de esto”, pidió a los miembros de la comisión.
“El cambio climático es real”, dijo Brown. “Es una amenaza a la existencia humana organizada. Quizá no en mi vida, yo estaré muerto. ¿Cuántos años tengo? ¿79 años? ¿Cuánto me queda? ¿Cinco años, diez, quince? No sé, ¿veinte? Ni siquiera sé si quiero vivir tanto”, dijo entre las risas de los asistentes.
Entonces se volvió hacia el público que estaba viendo la sesión y les señaló con el dedo. “La mayoría de vosotros vais a estar vivos, y vais a vivir en una situación horrible en la que vais a ver migraciones masivas, enfermedades, incendios, el Sur de California ardiendo… eso es real, colegas, eso es lo que están diciendo los científicos”, dijo Brown.
Brown tiene 79 años, ha sido gobernador de California cuatro mandatos y le queda un año. Suele bromear diciendo que de él se puede fiar la gente porque ya no aspira a nada. Ha hecho de la lucha contra el cambio climático el centro de su último mandato y no esconde que aspira a dejar como legado las bases de una política bipartita sobre este asunto que no se pueda revertir por el juego político en un futuro.
“Yo no estoy aquí por no sé qué disparatado legado del que hablan. Esto no es por mí, ¡yo voy a estar muerto! ¡Es por vosotros, por vosotros, y es muy real!”, repitió señalando al público. De vuelta a los miembros de la comisión, extendió los brazos y dijo: “Les pido que se lo tomen en serio y nos den su voto”.
El comité aprobó la medida con los republicanos votando en contra. No está garantizado que el gobernador obtenga la mayoría reforzada de dos tercios que desea, con votos de los dos partidos. Porque la política es, ahora mismo, el principal enemigo de la lucha contra el cambio climático en Estados Unidos. El presidente, Donald Trump, anunció la retirada del país del Acuerdo del Clima de París, en lo que parece una decisión partidista sin verdaderas razones detrás. “América se enfrenta no solo a una crisis climática con el resto del mundo”, dijo también Brown en su intervención. “Nos enfrentamos a una crisis política. ¿Puede funcionar realmente la democracia? ¿Hay consenso suficiente como para que podamos gobernarnos? Esta que les hago es una pregunta abiert
fuente: elpais.com
Sandra Betancourt