Proveedores orgánicos o ecológicos para un futuro agroturismo de calidad
La semana pasada (8 y 9 de Septiembre) asistí a la feria de Organic Food Iberia en Madrid, evento que reúne a productores y distribuidores de productos agro y pecuarios de producción orgánica, biológica y lo que también denominan ecológica, destinada a la hostelería, consumidor final y distribuidores locales o retails.
Me sorprendió el incremento y calidad de los expositores, especialmente privados, pero también del sector público de algunas autonomías y países presentes como Portugal.
Es importante mencionar que España es el país con más tierras “ecológicas”, mejor dicho de agricultura orgánica de Europa y 4º del mundo, pero que sin embargo no tiene un reflejo o una traducción visible en la hostelería ni en el turismo.
Se darán cuenta que el nombre de la feria es Alimentos Orgánicos (Organic Food), pero sin embargo la mayoría de sus distribuidores ibéricos hablan de productos y agricultura ecológica, excepto cuando hablas con ellos que tienen claro esa diferencia.
Por principio, muchos estamos de acuerdo que la agricultura y productos asociados no pueden ser ecológicos, ya que las intervenciones humanas en la tierra rompen o alteran muy considerablemente el ecosistema y por tanto no deberían llamarse ecológicos. Lo correcto es orgánico, es decir que en el proceso de desarrollo y gestión agrícola o ganadero, no se usan productos químicos, pero la mayoría son conscientes que lo “ecológico” se entiende y vende más y mejor y la existencia del certificado y etiqueta ecológico les otorga valor añadido comercial.
Muchos estamos de acuerdo que la agricultura y productos asociados no pueden ser ecológicos, ya que las intervenciones humanas en la tierra rompen o alteran muy considerablemente el ecosistema
Lo mismo que ocurre con el denominado turismo ecológico, que no tiene sentido por su alteración manifiesta del ecosistema. Al igual, si el desarrollo se realiza minimizando los impactos y con un objetivo a medio y largo plazo es cuando hablamos de sostenible.
Quizás uno de los temas que puede confundir al sector y al consumidor final sea las expectativas creadas sobre el mejor gusto que puedan tener estos productos, algo que no es correcto. Aunque sin embargo, ahora que la salud está en el debate diario social, la producción de alimentos orgánicos sin duda garantiza que estos son mucho más saludables y lo cierto es que si fuese posible, la producción agropecuaria debería ser toda orgánica.
En turismo y hostelería, esta presencia es muy escasa e incipiente y sin embargo la demanda sigue creciendo exponencialmente y cada vez más se enfoca hacia consumidores de alto poder adquisitivo, lo que se debía traducir también en turistas potenciales relacionados con este mercado que podrían ser segmentos targets y que apenas existen algunas experiencias de ofertas turísticas.
El agroturismo, origen de la actividad turística, debería tener una posición mucho más fuerte, ya que este mercado de consumidores verdes es cada vez más grande y es comprador de un turismo más verde (rural, naturaleza, deportivo, gastronómico, etc.) pero también de un turismo urbano y de playa.
El agroturismo, origen de la actividad turística, debería tener una posición mucho más fuerte, ya que este mercado de consumidores verdes es cada vez más grande
El agroturismo tiene la opción de restauración con granjas (explotaciones en activo) que puedan ofrecer gastronomía local en base a sus productos orgánicos, naturales, bio, etc. y que podrían desarrollarse de forma innovadora en muchas explotaciones agrarias o pecuarias creando una unidad de negocio adicional y parte de la cadena de valor turística. Por tanto no sería necesario sumar la parte alojativa como se suele hacer, algo que en Francia existía hace mas de 30 años (Tal vez comenzó sobre el 1950) y que por ejemplo en los EEUU, se reconoció en el 2017 según Traveler a la granja de Baehrel como el restaurante mas exclusivo del mundo con menús de 5 horas de duración.
Lo importante actualmente es que ya hay una variedad de proveedores con elaboración de productos de calidad suficiente para generar una gastronomía de valor para el turismo y para el consumo cotidiano, que incluye vinos orgánicos, cervezas artesanales orgánicas, carnicería vegana, tabletas energéticas, chocolates, lácteos de todo tipo, y carnes de animales con garantía de bienestar animal, alimentación natural o bio, así como salsas y condimentos y un largo etcétera capaz de asegurar toda una restauración con proyección de salud, bienestar y sostenibilidad, bajo un paraguas de calidad.
Aunque me pueda repetir, pero si se quiere un producto final de calidad es necesario que recursos, productores y distribuidores que conforman la cadena de valor estén en la misma hoja de ruta.
Buen provecho y un cordial saludo,
Arturo Crosby
Editor Natour magazine