Este es el aeropuerto más verde del mundo
El tráfico aéreo crece en todo el mundo año tras año y por eso se ha vuelto fundamental encontrar maneras de hacer que la aviación sea cada vez más ecológica.
Y mientras los fabricantes de aviones buscan formas más verdes de volar, desde aviones eléctricos hasta biocombustibles, los arquitectos tratan de hacer aeropuertos más respetuosos y amigables con el medioambiente.
A primera vista, parece un desafío enorme. Después de todo, los aeropuertos son nodos de transporte masivo que consumen grandes cantidades de energía. Sin embargo, una mezcla de ingeniería inteligente y la determinación de algunos operadores aeroportuarios pueden llegar muy lejos.
El toque nórdico
En línea con la reputación de la conciencia ambiental de la región, Escandinavia alberga el que ha sido calificado como el aeropuerto más verde y ecológico del mundo.
Es la nueva terminal del Aeropuerto de Oslo, que abrió al público en abril pasado. El nuevo edificio aumenta la capacidad del aeropuerto a 32 millones de pasajeros por año.
Este es el primer edificio de aeropuerto en el mundo en recibir el sello de “Excelente” en la clasificación BREEAM, un esquema de certificación que evalúa la sostenibilidad de los edificios y las obras civiles en el mundo.
“En el Aeropuerto de Oslo, el foco está en los materiales ecológicos, las soluciones energéticas innovadoras y la gestión de desechos”, dice Henriette Berg, gerente de proyecto del WSP en Noruega, una de las organizaciones involucradas en el proceso de certificación.
Para Bjørn Olav Susæg, de Nordic, la firma con sede en Oslo que diseñó la terminal, el objetivo más ambicioso era reducir a la mitad el consumo de energía.
“No comenzamos este proyecto con el objetivo de convertirnos en el aeropuerto más ecológico del mundo”, asegura.
Los arquitectos se basaron en un enfoque holístico para minimizar la huella de carbono. No solo las paredes y ventanas maximizan el uso de la luz del día –un desafío gigante en el invierno escandinavo–, sino que materiales naturales de origen local como piedra y madera de bosques sostenibles son usados de manera generosa en todo el edificio.
“Además de ser un material de alta eficiencia energética, la madera le da al terminal una identidad muy nórdica”, dice Susæg. “Creemos que después de una era en la que la mayoría de los aeropuertos se parecen, es momento de destacar esos elementos que pueden darles a los viajeros un sentido del lugar, un sentido de que están en un sitio específico, con su propia identidad local”.
Se enfría gracias a la nieve
Uno de sus mayores atractivos es su sistema de refrigeración, basado en la nieve. Durante el invierno, la nieve es recogida y almacenada en un depósito y cubierta con aserrín para ser aislada. Cuando llega el verano, el deshielo se usa para enfriar el edificio, reduciendo la cantidad de consumo de energía durante las horas pico. En invierno, para la calefacción el aeropuerto utiliza energía térmica natural.
Otro punto destacable de su diseño, evidencia del uso eficiente que hace del espacio, es el hecho de que a pesar de que el aeropuerto cada vez es más grande, el tiempo máximo de caminata hacia las puertas de abordaje sigue siendo el mismo.
Otro aeropuerto nórdico
Muy cerca, en Finlandia, el operador nacional de aeropuertos Finavia también se ha venido preocupando por el medioambiente. La compañía, que maneja 21 terminales aéreas en todo el país, tiene un ambicioso programa para lograr la neutralidad en carbono en el 2020.
De hecho, el Aeropuerto Helsinki-Vantaa, el más grande de la red de Finavia, tal vez alcance esa meta este año, cuando una planta solar ubicada allí comience a producir energía.
Pero estos aeropuertos nórdicos no son los únicos en tratar de ser sostenibles y ecológicos.
Mahesh Ramanujam, presidente y director ejecutivo del Consejo de Construcciones Ecológicas de Estados Unidos, la organización que emite la certificación LEED para edificios verdes en todo el mundo, destaca la terminal 3 del Aeropuerto Indira Gandhi de Nueva Delhi, en la India, y el Aeropuerto Ecológico de Galápagos, en Ecuador.
En el primero, la energía y el agua son conservadas gracias a la maximización de la luz natural, la recolección de agua de lluvia, la instalación de una planta eléctrica solar y una planta de tratamiento de aguas residuales.
El 75% del aeropuerto de Galápagos, ubicado en un lugar particularmente sensible si se piensa en el medioambiente, fue construido con materiales reciclados. Tiene una planta propia de desalinización de agua y su fuente de energía es casi 100% eólica y solar.
fuente: cnnespano
Sandra Betancourt