Cerdeña aprueba normas para combatir la saturación turística
La isla italiana de Cerdeña endurece las medidas para proteger algunas de sus playas más famosas frente al turismo masivo
La isla italiana de Cerdeña ha endurecido este verano las medidas que ya venía aplicando para proteger algunas de sus playas más famosas frente al overtourism o turismo masivo. Según informa Euronews, las medidas van desde la prohibición de toallas, hasta poner un tope al número de personas que pueden bañarse en una playa, establecer límites de tiempo o el pago de una entrada de acceso.
Spiaggia Rosa, visitas prohibidas
El caso de protección más extremo lo encontramos en la Spiaggia Rosa. Ubicada en la isla de Budelli, ha estado cerrada al público desde mediados de la década de 1990. Fue una medida drástica que tomaron las autoridades locales, tras descubrir que muchos turistas robaban su famosa arena rosa como souvenir.
Este año, las autoridades locales han anunciado que caminar en la playa conllevará una multa de 500 euros, mientras que aquellos que sean sorprendidos robando arena deberán pagar hasta 3.500 euros.
Limitaciones en el número de visitantes
En el archipiélago de La Maddalena, el año pasado ya solo se permitía la visita de 60 personas al día a Cala Coticcio y Cala Brigantina durante el verano.
Los viajeros debían reservar su turno por internet y pagar euros por persona para acceder a las playas, con un guía. Según explica Euronews, aún no se ha anunciado el límite de visitantes y la tarifa de acceso para este año.
Otras playas han limitado el número de visitantes. En el norte, Cala Brandinchi y Lu Impostu limitarán los números a 1.447 y 3.352 respectivamente entre el 15 de junio y el 15 de septiembre. En Cala Mariolu, se permiten 700 personas por día.
En Villasimius, en el sureste, los bañistas que se dirijan a Punta Molentis, Riu Trottu y Portu Sa Ruxi deben pagar para acceder al estacionamiento. Cada vehículo cuesta 10 euros, con 1 euro adicional por cada pasajero. Ciclistas y peatones pagan 3 euros.
Toallas de playa prohibidas
En la costa oeste, la famosa playa Pelosa de Stintino ahora solo se permite el acceso diario a la playa a un máximo de 1.500 personas. El año pasado, el número de visitantes llegó a 4.000 en algunos días.
Quien quiera tomar el sol en la playa de Pelosa debe reservar y pagar una entrada que cuesta 3,50 euros. “Las regulaciones también establecen que los visitantes deben traer colchonetas en lugar de toallas de playa, que atrapan menos arena”, explica Euronews.
Mientras, en Ogliastra, en la costa este, se permiten 300 personas al día en Cala Birìala y los bañistas que llegan en barco solo pueden quedarse 90 minutos. Del mismo modo, los visitantes de Cala dei Gabbiani también tienen un límite de 300 minutos.