¿Qué hace España sin turistas un año? Vacaciones pagadas a los sanitarios
El mundo del dinero encierra claves de poder y de intereses que explican el sentido de muchas operaciones, movimientos y desenlaces. Ibex Insider ofrece pistas para entender a sus protagonistas
Poco se habla todavía del impacto que la crisis del coronavirus tendrá en la primera actividad económica de España. En 2019, el turismo representó el 12,3% del PIB (153.000 millones de euros), registró más de 2,5 millones de afiliados a la Seguridad Social y fue el sector que más empleo generó (+3,5%). Más allá de la inercia de decrecimiento, confirmada en el primer trimestre de este año, el colapso provocado por la pandemia todavía no ha merecido atención en los reales decretos publicados desde el estado de alarma. ¿Qué puede salir mal?
Hablamos de una cadena de sectores que suma los negocios del transporte, agencias de viajes, alojamiento, hostelería, comercio y ocio. La semana pasada,Amadeus se atrevió a poner cifras al colapso del transporte aéreo, principal medio de llegada (sobre el 85%) de los casi 84 millones de turistas que recibió España el año pasado, pese a la incertidumbre absoluta sobre cuánto durará la pandemia y sus consecuencias. La tecnológica se ha dotado de 1.500 millones extra de liquidez, ampliación de capital incluida, para soportar un 2020 casi en blanco, sin actividad.
La reacción ha sido similar en todos los subsectores: ERTE, cancelación de dividendos, reducción de las inversiones, ajustes de gastos… Pese a la falta de referencias, los principales actores de esta industria trabajan ya en cómo adaptarse a los parámetros del nuevo escenario, ya que hasta la existencia de una garantía sanitaria absoluta “nada volverá a ser como antes”, reconoce el consejero delegado de un gran grupo hotelero. “Hay cierto consenso entre nosotros de que hasta el próximo verano no habrá cierta normalidad, aunque los más pesimistas hablan de años”.
Sin gente moviéndose, no hay mercado: 2020 será un año en blanco. Está asumido. Como mucho, algo de demanda interna, pero sin un plan de apoyo del Gobierno quedará reducido a cifras marginales, insuficientes para creer en una posible recuperación en V. Hace unos días, Deloitte dibujó un escenario de mejora progresiva para viajes y hoteles a partir de junio por desplazamientos de primera necesidad, con mayor pulso en verano gracias al turismo doméstico y a la evolución de las garantías sanitarias. Pero esto también es una incógnita.
En cualquier caso, parece que el sector vacacional se verá menos expuesto que el urbano, más vinculado a la actividad del mundo de los negocios, que además ha visto cómo esta crisis está acelerando cambios, como usos y costumbres de movilidad, que terminará afectando a la tipología de producto. Por ello, ya hay quienes abogan dentro del sector por planes similares al del Imserso para distintos segmentos de la población este mismo verano, como el personal sanitario o el resto de trabajadores de actividades esenciales, tan importantes durante el confinamiento.
Además, hay que tener en cuenta que la recuperación, además de gradual, tampoco será al unísono, pues cada país se ha enfrentado con tiempos y formas diferentes a la pandemia. Por lo tanto, el turismo en España nunca podrá mejorar sin tener en cuenta cómo salen de la crisis sus principales mercados naturales, que son Reino Unido, Alemania y países nórdicos, además de los emisores periféricos, como Japón, China, México y EEUU. La salida soñada por el Gobierno acumula más elementos para pensar que, en el mejor de los casos, tendrá forma de U.
Y mientras tanto, tendremos que acostumbrarnos a muchas novedades. “El tema de los test será clave en las mejoras sanitarias”, reconoce el primer ejecutivo de otra hotelera internacional. “China ya funciona con pasaportes [códigos QR] para permitir movilidad. No sería extraño pensar en requisitos similares para viajar y alojarse con garantías”. Medidas de este tipo han permitido que el gigante asiático haya registrado una importante mejora en marzo, con ocupaciones hoteleras medias del 30% en sus principales ciudades (Beijing, Shanghái, Xian, Chengdu…).
Pese a cierto optimismo necesario, que proyecta una actividad hasta del 30% para este verano, nada será suficiente para ganar dinero. “Al final somos un sector resiliente y nos adaptaremos”, la clave es ver qué sector quedará tras un año en blanco, sabieno que antes de todo este eclipse ya cayó un gigante comoThomas Cook. Por si acaso, algunos como Alemania o Reino Unido ya han movido ficha: el primero, para asistir a Tui, buque insignia del sector turístico; y el segundo, para monitorizar a British Airways, su aerolínea bandera. ¿Alguna noticia sobre España?
En nuestro país, el sector afronta planes de choque para 12 meses de inactividad a la espera de que su ‘ministerio compartido’ se pronuncie. En ese tránsito, como pasa siempre, se abrirá un escenario donde los más fuertes ocupen el espacio de los más débiles, como en cualquier industria, aunque “es pronto para eso”. Hasta entonces, cabe pensar que el Gobierno hará algo por auxiliar a su primera industria. “Cuesta entender cómo prevalece la agenda política sobre la colaboración público-privada”, lamenta otro gigante hotelero. “Faltan medidas para evitar que todo se atrofie. Reconstruirlo será mucho más costoso y difícil”.