Asesinados cinco guardabosques y su chófer en el parque nacional de Virunga
Refugio de los gorilas de montaña, Virunga es el principal enclave turístico de la República Democrática del Congo pero también una de las zonas más afectadas por la violencia
Al menos cinco guardabosques y un conductor han sido asesinados el lunes 9 de abril en una emboscada tendida en el parque nacional de Virunga, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), según han confirmado las autoridades del mismo. El ataque ha sido atribuido a la milicia Mai-Mai y considerado el más letal para el personal de Virunga en los últimos años.
En un breve comunicado publicado en su página web oficial, el parque ha explicado que un sexto guardabosques ha resultado herido en el incidente. Este miércoles, el personal del parque ha informado a Planeta Futuro que el herido, que está en el hospital, evoluciona bien. Los asesinados son Jean de Dieu Byamungu y Théodore Kasereka Prince, de 25 años; Barthelemie Kakule Mulewa y Liévin Mumbere Kasumba, de 28 años; Kananwa Sibomana, de 22 años, y el conductor Ila Muranda, de 30.
El pasado 1 de abril, otro vigilante perdió la vida en un tiroteo entre personal del recinto y varios hombres armados que atacaron las obras de una planta hidroeléctrica. El 14 de agosto de 2017, otros tres empleados fueron asesinadostambién por la milicia Mai-Mai. Formada por líderes locales encargados de reclutar en sus filas a los denominados niños soldado, es uno de los 70 grupos armados establecidos en el este del país. En 2017, ocho guardabosques han perdido la vida en Virunga, una cifra que asciende a 175 vigilantes desde 1996 (fecha en la que se inició la primera de las guerras que han desangrado a la nación africana) y que aún mantiene a 1,5 millones de desplazados.
“Estamos profundamente tristes por la pérdida de nuestros colegas”, ha escrito el jefe de la unidad, Emmanuel de Merode. Virunga ha perdido algunos guardabosques extraordinariamente valientes que estaban profundamente comprometidos con trabajar al servicio de sus comunidades. Es inaceptable que los guardabosques de Virunga sigan pagando el precio más alto en defensa de nuestra herencia común y estamos devastados por que sus vidas se hayan visto truncadas de esta manera”.
De Merode también ha enviado “profundas condolencias a las familias, esposas e hijos que dejan atrás” y ha asegurado que seguirán comprometidos con la creación de “un futuro mejor” para el este del Congo.
El Parque Nacional de Virunga, de 800.000 hectáreas, está situado en la frontera con Uganda y Ruanda, en la parte oriental de la República Democrática del Congo, dentro de la provincia de Kivu Norte, una de las más afectadas por la violencia en el país. La región lleva años sumida en un largo conflicto entre numerosos grupos rebeldes, que siembran el terror a diario entre la población local pese a la presencia del Ejército congoleño y las fuerzas de la misión de paz de la ONU (MONUSCO).
Virunga fue fundado en 1925 por los colonos belgas y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1979. La guerra civil que siguió a la caída del presidente Mobutu en 1997, que gobernó el país 31 años, perjudicó seriamente a la población de gorilas de montaña, cuyo número llegó a descender a 300. No obstante, en el año 2007 varios actores internacionales —la UE, la fundación del millonario Howard G. Buffett, el servicio de vida salvaje del país y donantes privados— crearon una asociación destinada a proteger el parque y su fauna. Fue entonces cuando De Merode, proveniente de una familia de la aristocracia belga, tomó el mando y se comenzaron a implementar la primeras reformas.
Hoy, Virunga es hogar de más de mil gorilas y la población de otros animales como elefantes también aumenta. Pese a la violencia, se trata uno de los pocos destinos turísticos de esta nación centroafricana. Dentro de sus límites se encuentra el volcán Nyiragongo, uno de los más activos del mundo, al que los turistas ascienden para contemplar el lago de lava que aloja su cráter. La principal atracción del parque son los citados gorilas, que atraen a los extranjeros principalmente debido a que los precios para poder verlos son sensiblemente inferiores a los de Uganda y Ruanda, países en los que también es posible avistar a estos primates en su hábitat natural.