La costa del noroeste de España, Galicia, es sin duda una de las regiones con más renombre por sus costas de paisajes verdes, su actividad pesquera y marisquera y desde luego por su gastronomía.
Pero si bien en general el turismo del litoral se enfoca normalmente a las playas, ofreciendo una imagen estandarizada de sol y playa, existen numerosas zonas tanto en España como en otros países, donde sus costas no son las mejores para esa actividad, bien por su clima lluvioso, por la temperatura del agua, etc. que condiciona siempre una estacionalidad acorde a éstos parámetros climáticos.
Pero sin embargo, ha nacido una marca “Mar Galaica”, con una especie de sello imaginario del “Made in Galicia”, que ha puesto en valor un patrimonio que solo puntualmente se había utilizado como reclamo turístico, los faros, edificaciones que si bien tienen otro uso, ahora se han convertido en atractivos turísticos de primer orden, tanto para su visita (No todos) como puntos de desarrollo de rutas y productos turísticos.
La combinación de faros (Sumando un total de 44), Lonjas donde ver y experimentar el comercio del pescado fresco (Unas 60 en total), 99 puertos pesqueros de muy diferentes tamaños, y por supuesto playas que aunque no sea verano, pueden ser disfrutadas todo el año, acorde a otros segmentos de demanda que no buscan solo el sol (aproximadamente suman 114 en dicho proyecto), hace de esta iniciativa turística que abarca casi 1.000 km en toda su extensión, algo realmente innovador.
Si bien es cierto que esta iniciativa es de origen público, se han sumado diferentes empresas de la zona, ya sean restaurantes, alojamientos, guías, etc. porque los organismos gestores, los Grupos de Acción Local, cuyos territorios están ubicados en la franja marina de Galicia (Desde Ribadeo, frontera con Asturias, hasta A Guarda, limite con Portugal), se han unido sumando 77 municipios, algo inaudito, por la idiosincrasia rural y gallega, donde la cooperación no es precisamente su punto fuerte, sino lo contrario.
De ahí también la parte innovadora de esta iniciativa, que provoca la construcción de un nuevo destino, con parámetros mucho más actuales de nuestro siglo.
Cabe señalar, que esta ruta turística, para mi diseñada como un destino ad hoc, crea sinergias entre todos los actores implicados, no solo turísticos, sino del mundo del mar, de las cofradías de pescadores, mariscadores, y otros trabajadores o profesiones relacionadas, lo que ayudara sin duda a generar experiencias y emociones, que sin esta fusión serian imposibles.
Es importante destacar la relevancia que tiene la gastronomía, que si bien no es el eje conductor de la ruta, es una protagonista clave, y aun mas si la apuesta es por la Gastronomía Km0, basándose en los productos locales, que en este caso son básicamente los del mar, que se convierte también en otra forma de crear empleos más estables.
No es que este turismo mariñeiro, como lo denominan en su página web, margalaica, haya nacido ahora, porque todavía recuerdo a finales de los 80, el que escribe, diseño una serie de iniciativas con las bateas mejilloneras de la Ría de Arousa, para el programa turístico del Ayuntamiento de Madrid y también ha habido otros proyectos en diferentes puntos, pero la concepción turística de éste, marca una diferencia y lo hace replicable en otras zonas.
Ya saben, un destino verde, conocido por sus lluvias regulares durante todo el año, exceptuando semanas de verano, va a lograr posicionarse en el mapa turístico, gracias a esa antigua desventaja, que ahora se transforma en ventaja competitiva.
Un cordial saludo,
Arturo Crosby
Editor Natour
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