Tráfico ilegal de especies ocurre en el 30% de las áreas protegidas
La caza furtiva, la tala y la pesca ilegal se llevan a cabo en lugares patrimonio de la humanidad.
Por: Efe – Ginebra 18 de abril 2017 , 12:28 p.m.
El tráfico ilegal de especies salvajes para su comercio internacional se registra en casi el 30 por ciento de los espacios ecológicos más protegidos del mundo, incluidos en las zonas declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, denunció este martes el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés) en un informe.
La ONG ecologista da cuenta de una “tendencia preocupante” en el tráfico ilegal de especies que figuran en la lista de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites) en los sitios ecológicos más importantes del globo.
Se calcula que el comercio ilegal de vida salvaje maneja entre 15.000 millones y 20.000 millones de dólares al año, el cuarto más grande del mundo después de las drogas, las falsificaciones y el tráfico humano.
Entre 1970 y 2012 la población global salvaje descendió casi un 60 por ciento de media, y la captura ilegal de especies fue una de las principales razones para esta disminución, recalcó WWF.
Los lugares naturales Patrimonio Mundial de la Humanidad en el mundo albergan grandes poblaciones de plantas y animales raros, incluido casi un tercio de los 3.890 tigres salvajes que quedan y un 40 por ciento de todos los elefantes africanos, por ejemplo.
“El comercio ilegal de vida salvaje maneja más de 15.000 millones de dólares al año”
Funcionan como el “último refugio” para especies amenazadas tales como los rinocerontes de Java en Indonesia y las vaquitas marinas, la marsopa más pequeña del mundo y endémica del Golfo de California.
Sin embargo la caza furtiva, la tala y la pesca ilegal se llevan a cabo en casi un 30 por ciento de los espacios naturales y mixtos declarados Patrimonio Mundial, lo que provoca que especies amenazadas se encuentren al ‘filo de la extinción’ y peligre el sustento y el bienestar de comunidades, alertó WWF.
La ONG señaló también que la caza ilegal de especies en lugares Patrimonio Mundial de la Humanidad degrada la vida social y económica, ya que más del 90 por ciento de los sitios naturales sirven para propósitos recreativos o turísticos y generan empleos.
Muchos de estos beneficios dependen de la presencia de especies en la lista de Cites, añadió. Además, esta práctica ilegal altera el ecosistema natural.
En torno a un 5 por ciento de la población de tigres de Sumatra fue exterminado en 2016 y si los actuales niveles de caza furtiva y de comercio ilegal se mantienen estos animales podrían desaparecer y reducir los incentivos para proteger los bosques e incluso fomentar la deforestación para plantaciones de aceite de palma, indicó WWF.
Entre 1970 y 2012 la población global salvaje descendió casi un 60%.
Foto: Guillermo González
“Los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos y hacer frente a toda la cadena del tráfico de la vida salvaje antes de que sea demasiado tarde”, recalcó en un comunicado el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini.
WWF aboga por más colaboración e integración entre Cites y las autoridades nacionales a fin de responder de manera más coordinada e integral a esta lacra, desde la caza o pesca de especies en los países de origen, hasta el transporte hasta los destinos y la venta en mercados.
El secretario general de Cites, John Scanlon, consideró “esencial que esta convención sea implementada plenamente y que los lugares insustituibles sean protegidos completamente”.
“El tráfico ilegal de la vida silvestre quita al mundo su patrimonio natural, amenaza a comunidades locales y perjudica los esfuerzos globales por reducir la pobreza”, advirtió a su vez Inger Andersen, director general de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),
El informe de WWF subraya la importancia de una protección y una vigilancia mayores en lugares Patrimonio Mundial de la Humanidad junto con una mayor acción para frenar la demanda ilegal de la vida y de productos de la vida silvestre mediante la educación, el cumplimiento de la ley y el procesamiento judicial.
Efe – Ginebra