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La Rioja Alta, por todo lo alto: Un viaje para descubrir

Siempre se ha escuchado la región de la Rioja, como la zona emblemática del vino en España y si bien es cierto (Aunque hace décadas que ya no es la única), también este territorio ofrece muchas otras posibilidades para descubrirlo y disfrutarlo.

La Rioja (Su nombre posiblemente viene de la combinación de Rio Oja), es un territorio vertebrado completamente por el Rio Ebro, y divide la provincia en 3 partes o subregiones:  La Rioja Alta, La Rioja Media y La Rioja Baja.

En este viaje vamos a recorrer la parte alta, la más cercana al País Vasco (Provincia de Álava) y Navarra al Noroeste, cuyas tierras son extensiones de la Rioja y viceversa. En la naturaleza, no hay fronteras. Bueno, en el turismo y viaje tampoco.

Es curioso que esta Región, sea precisamente donde se supone, según todos los indicios e investigaciones, es la cuna del castellano, allá por el año 977, pero más llamativo aun, es que parece que también es el origen del idioma vasco (Euskara) en su versión escrita (Escritos encontrados en el Monasterio de San Millán)

La Rioja es un territorio rural con diferentes pueblos diseminados de poblaciones bastante pequeñas. Quizás un promedio de unos 1.000 habitantes. En realidad es la Comunidad Autónoma con menor población de España y con una densidad poblacional de unos 63 habitantes por kilometro cuadrado.

Por tanto preocupa su significativa despoblación rural, acompañada también de la desaparición de varias especies, aun a pesar de ser una zona en la que más del 40% es espacio natural protegido, en donde conviven hasta  el 21% de los vertebrados endémicos de la península ibérica, lo que muestra su gran relevancia faunística.          

Recorrer un territorio para mí, es sin duda una obligación viajera, pero si le añadimos las componentes de gastronomía, vinos, y disfrutar de diferentes eventos relacionados con estos, es algo más que apetecible.

      La Rioja Alta, vista desde el cielo, nos ofrece una perspectiva inédita, que hay que descubrirla

Tuve la oportunidad de coincidir con la celebración de una fiesta muy especial, que combina una componente histórica y tradicional, con el paisaje, los usos del suelo, y su industria principal que es el vino. Se trata de la famosa” batalla de vino”, y digo famosa, porque vienen turistas de numerosas nacionalidades, siendo la australiana una de las más destacadas, que viajan como antesala a los Sanfermines, la que consiste en un baño popular de miles de litros de vino cedidos por el Ayuntamiento de Haro a los participantes que en romería desfilan y son fumigados literalmente de vino por unos y otros de los miles de participantes (este año esperaban cerca de 45.000), pero siempre con buen humor y ambiente.

Pero para el que escribe, la motivación principal para viajar a la Rioja Alta era poderla ver, desde lo más alto, es decir desde el cielo. Si, exacto volando pero en un globo aerostático, con la empresa familiar de “Globosarcoiris”, un equipo principal de 4 personas, dirigidas por Ivan y su padre Oscar Ayala.

         Viajar en globo, tomar cava en lo más alto de la región, y degustar un desayuno a la riojana, sin faltar el vino, de Rioja, por supuesto.

Para quien le guste el vino es muy bonito e interesante ver un viñedo, pero si se tiene la suerte de hacerlo desde arriba, desde un globo, pudiendo bajar y subir, según los vientos y térmicas, la experiencia es realmente increible y del todo recomendable. Casi mas bien, diría que es una obligación, para quienes visiten la Rioja.

A pesar de la madrugada, porque se debe estar en su centro operativo, recién estrenado, a las 6.15 am, merece la pena, desde la preparación del globo, hasta el aterrizaje y mejor aun cuando vuelan otros globos a la vez, porque permite obtener una perspectiva increíble.

Pero si además le añadimos poder tomarse un cava frio en pleno vuelo, a unos 1.500 m. de altura, mientras que puede verse como vuelan los otros globos y unos paisajes de tonos marrones, rojizos, amarillentos y verdes, paseado por encima de tejados y pueblos, hace que las emociones conformen una experiencia realmente memorable.

Mejor aun tener la oportunidad de poder observar, en este caso, algunos conejos, liebres e incluso un corzo corriendo algo asustado supongo por la presencia del globo, que obviamente no entendía.

Pero el espectáculo fueron los colores de los paisajes agrarios (Viñedos, cereal, etc.), pueblos de arquitectura y urbanismo tradicional, vistos desde otra perspectiva, completamente inusual. Y después de aterrizar, se termina con un desayuno almuerzo, de embutidos, pimientos asados, ensalada de tomate (Supongo que con aceite riojano), y unos huevos a la riojana, donde a pesar de las 10 de la mañana no faltaba el vino tinto de Rioja…y también café, por si acaso.

En esta tierra, comer y beber es algo obligado, si se quiere disfrutar a la par que conocer los paisajes y gentes, quienes demuestran además uno de los principios del turismo y el viaje, la hospitalidad.

Sin exagerar nada, la gastronomía tanto en su forma más tradicional, como en la más sofisticada la Rioja Alta es un destino que destaca y no solo por albergar varios restaurantes con estrellas Michelin, sino porque está en su esencia, en su ADN, como algunos dicen.

Los vinos, como la comida son parte de su cultura y es la clara manifestación de su ecología humana y por tanto una de las claves de sus experiencias turísticas. Por mucho que les cuente, lo mejor es probarlo, como hice yo y por eso se lo recomiendo sin duda alguna: un combinado de vuelo en globo, gastronomía y enoturismo, es lo que define estos paisajes riojanos.

Un cordial saludo,

Pueden ver un album de fotos

Arturo Crosby

Editor Natour www.forumnatura.org

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