El Ayuntamiento de Barcelona y el Gremio de Restauración de Barcelona han firmado la paz y, esta mañana, han hecho públicas la nueva ordenanza de terrazas. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha admitido: “No es sencillo regular el espacio público en una ciudad como Barcelona. Las terrazas nos gustan a todos, forman parte de una ciudad mediterránea como la nuestra y de su vida en la calle. Las bases que acordamos hoy pretenden garantizar el equilibrio entre el uso ciudadanos del espacio público y la actividad económica”.
La nueva ordenanza mantiene unos criterios mínimos comunes en toda la ciudad aunque tiene en cuenta singularidades y especificidades en cada distrito y “características propias de cada territorio a la hora de ubicar las terrazas”.
La ordenanza actual la aprobó en el mandato anterior, el exalcalde Xavier Trias con el apoyo del PP. Colau la heredó y, como su aplicación eliminaba miles de mesas y sillas, puso en pie de guerra al gremio de restauradores. La alcaldesa aplicó una moratoria y comenzó a negociar con empresarios y vecinos para redactar una nueva regulación. La moratoria vencía el 31 de diciembre. Con la entrada del PSC al gobierno municipal, Colau cedió a los socialistas la negociación y la búsqueda de un acuerdo político para desencallar la situación. El líder del PSC, Jaume Collboni, esperaba encontrar una solución antes de verano. No fue así, al final y a pocos días de que expirase la moratoria, ha sido el gobierno de Barcelona en Comú junto a los restauradores los que han encontrado la solución. Una solución que ha apoyado -además de BComú- el PDeCAT, ERC, PSC y PP.
El principal conflicto que provocaba la ordenanza de Trias era las distancias entre sillas y mesas y las fachadas (1,8 metros de distancia para que puedan pasar las personas con movilidad reducida) o la separación respecto a mobiliario urbano o árboles. Es cuando se aplican estos apartados a rajatabla es cuando se obligaba a retirar mesas. Otro de los problemas es que en locales superiores a 16 personas con terraza se les exigía a tener dos baños y dos picas lo que suponía remodelar la mayoría de locales para que no se quedaran sin licencia de terraza.
La teniente de alcalde de urbanismo, Janet Sanz, ha asegurado que la nueva propuesta es “realista, adaptable y aplicable”. Con la nueva normativa se sigue prefiriendo la ubicación de las terrazas delante de los locales como lugar preferente, aun así, “se podrá flexibilizar en los casos que se consideren necesarios”. Las terrazas siguen teniendo que garantizar la accesibilidad y deben seguir respetando una distancia libre de paso de 1,80 metros pero de forma excepcional se podrá reducir esta distancia a 1,50. Además, las distancias en relación a los elementos urbanos serán orientativas. Las terrazas no podrán sobrepasar el 50% de la anchura total de la acera aunque de “forma justificada” se podrá adoptar otra distribución del espacio manteniendo libre entre el 40% y el 60% de la anchura.
La norma es conjunta para toda la ciudad aunque se creará la figura de las zonas de criterios territoriales con las que el Consistorio podrá concretar para un territorio en concreto (distrito) algunos aspectos recogidos en la ordenanza. También se crean las zonas de excelencia en espacios donde se pedirán unos estándares superiores de diseño. Se eliminan figuras como la ordenación singular o la disposición previa y las que ya están aprobadas se derogarán al cabo de dos años.
Además las estufas solo se permitirán en invierno y se prevé la eliminación definitiva de las estufas de combustión en 2025. No se admite terrazas con autoservicio y se mantienen los horarios actuales de domingo a jueves de 8:00 a 00:00 y viernes, sábado y vigilias de festivos de 8:00 a 1:00.
La licencias vigentes en el momento que entre en vigor el nuevo articulado se renovarán de oficio en un término de dos años .
El presidente del gremio de restauración, Pere Chias, se ha felicitado porque con la aprobación de la normativa el sector vuelve a “la normalidad que tanto hemos deseado”. El director general del gremio, Roger Pallarols, ha asegurado que con esta nueva ordenanza también se anuncia la “pacificación del sector”.
El líder del PDeCAT, Xavier Trias, ha reconocido: “hicimos una ordenanza que al intentar aplicarla tenía muchos problemas”. Jordi Coronas de ERC ha agradecido al gremio de restauradores su “predisposición” para llegar a un acuerdo y ha pedido que los trabajos sean “dignos y de calidad”.
Por su parte, el líder del PSC, Jaume Collboni, que mientras estuvo en el gobierno municipal fue uno de los interlocutores para desencallar la crisis de las terrazas ha asegurado: “Hoy es un día feliz. Si algo es bueno para la ciudad tendrá nuestro apoyo estemos dentro del gobierno o fuera”.
Alberto Fernández Díaz ha asegurado que de momento se ha sumado “a gobierno y oposición falta sumar a vecinos, condiciones laborales, personas con discapacidad… pero yo siempre antepondré a Barcelona por encima de las siglas políticas”.
Ciudadanos no se ha sumado al apoyo a la ordenanza. Su líder municipal, Carina Mejías, ha asegurado encontrarse entre la “alegría y la perplejidad”. Mejías ha criticado haber llevado a cabo hasta siete iniciativas de trabajo y que el gobierno haya debatido en menos de una semana la solución y no le haya dado tiempo a revisarlo.
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