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Avispas, avispones, y las famosas velutinas cuando aparecen en un viaje.

¿Son una verdadera amenaza o hay mucha leyenda?

Continuamos con nuestra serie práctica sobre todo tipo de mordeduras y picotazos. Tras hablar de las garrapatas, les ha tocado a unos himenópteros muy necesarios… y muy detestados.

Cómo son las avispas y los avispones (y sus importantísimas funciones).

Antes de nada, les recuerdo que estos animales tienen unas funciones en los ecosistemas extremadamente importantes. La mayor parte de ellos son eficaces depredadores de otros insectos o incluso de arañas, regulando así sus poblaciones. También carroñean… ¡e incluso polinizan! Las redes entre los seres vivos son un entramado maravilloso con millones de elementos que interaccionan entre sí. El resultado final es que todos se regulan con todos, en un baile cósmico perfectamente dirigido y autorregulado.

¿Qué me dicen? ¿Que les cuesta ver esa belleza cuando se trata de avispas? ¡Pues sigan leyendo más de estos artículos! Busquen los previos en esta web. Tienen que quitarse esa capa de aislamiento de encima. Hay que limpiar la lente con la que se mira.

 

Y a los guías de naturaleza: ¿Que sus clientes no parecen verla? ¡Pues ahí está su labor! Háganlo posible. El trabajo que tienen es importantísimo. Ustedes son mediadores entre el entorno y la gente cuyos sentidos se han adormecido. Y les recuerdo la importancia de cultivar y reeducar los sentidos para la felicidad de las personas. Jamás olviden que ustedes deben formar parte de la solución en este mundo en crisis.

¿Qué son realmente las avispas y avispones? ¿Cómo se distinguen?

Como atestiguan las alas y sus 6 patas (no 8 como los arácnidos), se trata de insectos. En concreto, himenópteros (“alas membranosas”), que es la familia de las avispas, avispones, abejas, abejorros y hormigas. Existen muchas especies, pero hay algunas características muy claras: tienen finas alas membranosas al aire, la cintura estrecha, y suelen adornarse de colores llamativos como el negro, el amarillo, el naranja o el rojo. De acuerdo: muchas de ellas pican. No lo negaré, pero el que avisa no es traidor, y no me pueden decir que no lleven los colores de guerra puestos…

Figura 1. Avispa social del género Polistes. Se trata de un animal grácil y bello, de llamativos colores negros y amarillos, que alertan de su peligro potencial.

Información práctica para los excursionistas.

Existen avispas solitarias de gran tamaño capaces de batirse en duelo con tarántulas y capturarlas, o verdaderos colosos de llamativos colores y robustez impresionante. Sin embargo, si no se las manipula, no supondrán ningún peligro. En realidad, en Europa, las especies más problemáticas son las avispas y avispones sociales. Tienen una reina y obreras. Construyen nidos con pasta de papel que ellas mismas fabrican, y cuando nos acerquemos a estos, se sentirán amenazadas. Y no estarán solas.

Figura 2. Y ahí las tenemos… En el rincón o techo más imprevisto y castigado por los calores. Se trata de un avispero de Vespula germanica(Fab.). Todavía tendrá que casi duplicarse a lo largo del verano. Golpeen los hierros o acérquense más de la cuenta, y no les gustará.

Sin embargo, ya sabemos que el Homo sapiens aprende, conoce y después gestiona los riesgos, surfeándolos. Se podría decir que es una característica bastante exclusiva. Así que sigan leyendo y aprendan los trucos. Se acabaron esos miedos irracionales y fobias.

Las avispas son más pequeñas y amarillas. Los avispones europeos (Vespa crabro L.) son mucho más grandes y más rojizos, y a diferencia de las avispas, no les suelen gustar las zonas habitadas (Figura 3). Sea como sea, estos animales solo nos atacarán si se sienten amenazados. Generalmente, esto ocurre por acercarse demasiado al nido o hacer movimientos violentos alrededor del mismo. Y aunque ustedes puedan no percibirlo, avisan primero: levantan la mirada y las antenas, y se presentan con cierta amenaza. Eso es: el que avisa no es traidor.

Figura 3.Avispón europeo (Vespa crabro L.), más grande, robusto y rojizo que las avispas. Lo enfoqué, y para cuando le saqué la foto, el tipo me había detectado y ya estaba girándose hacia mí… Sin embargo, ni en esa circunstancia quiso clavarme el aguijón. Y eso que estaba al ladito mismo del nido. Basta con retirarse a tiempo.

 

La picadura de todos estos animales resulta bastante dolorosa, pero no es peligrosa para la mayor parte de las personas. Eso sí, a diferencia de las abejas domésticas, cada individuo puede picar varias veces. Es importante alejarse del lugar para evitar más picotazos.

Respecto de los encuentros fortuitos lejos del avispero, el riesgo es muy bajo: lo mejor es evitar molestar con manotazos y brusquedades. Normalmente serán individuos que apenas nos curioseen, o si se interesan por nuestra comida, no hay más que hacer movimientos suaves disuasorios, usar una pequeña porción como cebo, o cambiar de emplazamiento.

Primeros auxilios.

Generalmente, bastará con aguantarse un rato, o usar frío local con moderación. Se pasa un momento desagradable pero no suele haber mayor problema, salvo en caso de picaduras masivas y en zonas problemáticas como cara o faringe. Sin embargo, la alergia a su veneno cambia las cosas muy peligrosamente.

Si un cliente tiene una alergia conocida al veneno de los himenópteros, ha de comunicarlo con antelación al guía, y preferiblemente, a los demás miembros del grupo. Una sola picadura puede ser mortal. Siempre debe ir con una (mejor dos) pluma precargada de adrenalina cuya localización conocerán los demás. Deben tener muy claro previamente su uso según el prospecto del medicamento. ¡Léanselo y hablen con el cliente! Básicamente, en caso de picadura, debe destaparse la pluma y clavarse firmemente en la cara lateral del muslo (hará un “clic” porque es automática). Habrá de mantenerse unos segundos así para que penetre toda la dosis, y luego efectuar un masaje local ligero. Por supuesto, habrá que organizar una evacuación inmediata para la atención en un centro sanitario. Por efecto de la adrenalina, el pulso se acelerará considerablemente.

Desgraciadamente, hay personas que desconocen su alergia, y los síntomas se manifiestan por primera vez en forma de erupciones, hinchazón o dificultades respiratorias. En tal caso, avisarán inmediatamente a los servicios de Emergencias para el rescate. Si hay síntomas graves y la atención sanitaria se demora, se pueden permitir la decisión de probar con una pluma precargada. Parece que las picaduras de los avispones pueden provocar estos problemas más fácilmente.

Las famosas y temidas velutinas.

El avispón asiático, avispa negra o simplemente velutina (Vespa velutina ssp. nigrithorax) apareció en Europa a partir de importaciones desde China en la primera década de los 2000. En el caso de España, se ha extendido rápidamente por todo el Norte peninsular.

Hay que decir que tanto avispones europeos como asiáticos son depredadores habituales de las abejas domésticas. Sin embargo, las abejas europeas no han evolucionado para vérselas con los segundos.No saben qué hacer frente a sus ataques. Por eso están suponiendo un problema ganadero grave con consecuencias ecológicas.

Figura 4. Éste es el aspecto del avispón asiático o velutina (Vespa velutina ssp. nigrithorax), más pequeño que el europeo, pero con más tendencia a construir sus nidos cerca de los humanos. Predomina el color negro sobre el amarillo.

Fuente: Bulletin de la Société entomologique de France.

https://www.persee.fr/doc/bsef_0037-928x_2006_num_111_4_16372

 

Pero, ¿cuáles son los peligros de toparse con ellas en persona? Pues parece que no tantos… El temor no está muy fundado, pues la gravedad de sus picaduras no es claramente mayor. Curiosamente, son más pequeñas que el propio avispón europeo. El problema, por lo observado en zonas originarias como Indonesia, es que parecen bastante más proclives a construir sus nidos en edificaciones y cerca de asentamientos humanos. Esto aumenta sensiblemente el riesgo de accidente, y aquí está el problema. Sin embargo, en los casos individuales, no hay más que actuar de idéntico modo al descrito para avispas y avispones autóctonos. Ni menos.

No todo es lo que parece.

A modo de conclusión, vamos a descubrir lo que se esconde bajo las apariencias. Vamos a hablar de concienciación ambiental. Para ello, síganme en mi razonamiento:

¿Habían oído hablar de los halcones abejeros? Se trata de un ave rapaz muy especial que apenas caza animales de sangre caliente. Con ese nombre, ya podrán imaginarse: “Madre mía, más amenazas para las pobres abejas…”. Pues no. Curiosamente, su fuente principal de alimento son las avispas y… cantidades masivas de avispones asiáticos. Unos aliados que siempre hemos tenido en casa.

Y en casa tenemos algunas de las especies más grandes de avispones:

Figura 5. Avispón solitario de la especie Megascolia maculata flavifrons (Drury). Verlo moverse es francamente impresionante. Se nota el peso sobre las ramitas y flores.

Con unos increíbles 4-5 cm de longitud, los individuos de esta especie son pacíficos, se dedican a alimentarse en las flores, y no le picarán a menos que los ataque usted, literalmente. No deben temerlos, y mucho menos, tratar de eliminarlos solo porque se sientan inquietos con su presencia.

Ya hemos visto que los malos no son tan malos, y que algunos que parecen tan malos son hasta “buenos”. ¿Y qué es peligroso de verdad, entonces? Yo se lo digo: externalizar masivamente toda la producción y consumirla sin importarnos el impacto medioambiental y humano. Si no quieren tener especies invasoras, abandonen el consumismo, y lo que de verdad necesiten, obténganlo de producciones lo más locales posible. Sí, ustedes, los guías de naturaleza, tienen la labor tan maravillosa de explicarles también esto a sus clientes. Sean parte de la solución. Problemas, ya tenemos suficientes.

Y no olviden salir al campo y renaturalizarse…

Y piénsenlo bien antes de comprar productos importados e innecesarios

Por Carlos Fernandez, nuestro medico de cabecera que nos ayuda en la renaturalización. La faceta más convencional la cumple como gastroenterólogo y hepatólogo asistencial, siendo también investigador traslacional y clínico en el IDIPHISA

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