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Los beneficios del frío para el turismo al aire libre

El culto a la comodidad es nocivo para la salud… y quizá para los turistas también.

Puede que eso del frío suene a que apetece poco, sobre todo si usted vive en una latitud cálida.

Pero a lo mejor tenemos que ser más tolerantes con él. Podría ser nuestro amigo. No soy un ingenuo; la hipotermia y otros problemas desencadenados por el frío se cobran miles de vidas cada año en todo el mundo. La exposición aguda al frío intenso puede provocar graves congelaciones, y la exposición crónica, problemáticos sabañones y reumatismos. Y aun así, creo que debería ser nuestro amigo

¿Que cómo puede ser eso? Me gusta que me lo pregunten porque significa que les ha picado el gusanillo. Lo primero que yo me plantearía al diseñar una actividad al aire libre es qué consecuencias puede tener en la vida diaria de nuestros clientes un hecho. Y es que, habiendo evolucionado como especie para estar expuestos con regularidad a la intemperie, estén siempre a resguardo.¿Nos hemos pasado los humanos queriendo estar protegidos el 99% del tiempo? ¿Nos la jugamos demasiado como guías al incluir salidas en entornos más fríos? Para comprenderlo mejor, vamos a explorar qué efectos positivos ha desvelado la Ciencia respecto del frío. 

¿Nos la jugamos demasiado como guías al incluir salidas en entornos más fríos? Para comprenderlo mejor, vamos a explorar qué efectos positivos ha desvelado la Ciencia respecto del frío.

Cierto es que los cambios repentinos de temperatura favorecen muchas infecciones respiratorias. Cierto es que una exposición brutal e inclemente al frío puede bajar las defensas. Pero abandonemos el pensamiento anecdótico y de extremos: hasta hace cuatro días, la mayor parte de la población se exponía a los elementos en cierta dosis diaria. Y hasta hoy hemos llegado. No será tan malo… De hecho, no lo es: bien entrenados, los nadadores de aguas frías ven reducidas sus infecciones respiratorias la friolera del 40%. Está demostrado que la exposición al frío produce un estrés de corta duración que sube las defensas. Es ese estrés cortito de la montaña rusa; el del concierto que nos apasiona; el del deporte que disfrutamos practicando. Y el de la excursión emocionante, también.Menudo hallazgo: ¡el estrés agudo y controlado puede ser hasta bueno!Eso sí, las personas ancianas, con baja masa corporal, inmunodeprimidas, etc., están en riesgo de tener problemas con los fríos.El remedio no vale para todo el mundo ni a la misma dosis.

El frío estimula el metabolismo y la grasa “buena” y el frío controlado estimula el sistema inmune

Con más de 3.100 millones de personas con sobrepeso u obesidad en nuestro mundo, parece claro que no viene mal una manita de frescor que se lleve calorías sobrantes…El frío estimula la activación de la grasa parda y beige, que queman calorías para ayudarnos a entrar en calor. De hecho, los habitantes de latitudes más frescas suelen sufrir menos diabetes. Calorcito y tapas…

El frío libera nuestra atención de las tribulaciones internas cotidianas

 

Hablemos de Salud Mental. Uno de los grandes problemas de la vida moderna es el constante discurrir del pensamiento y los mil y un factores estresantes que nos devoran. Y lo peor es que, como ya venimos advirtiendo desde nuestra primera entrega, esto puede encerrar a maravillosos y capacesHomo sapiens en una especie de burbuja que les hace transcurrir su excursión aislados del monte, como a través de una interfaz que les impide vivir el entorno de primera mano. La Naturaleza se intelectualiza. ¿No les suenan esas batallitas del trabajo o esas tribulaciones sobre las relaciones personales y sus problemas… en mitad del monte? Se trata de un síntoma. Es el síntoma de que el cliente no está viviendo la realidad de una actividad al aire libre que contrató. La Naturaleza hay que vivirla. No es algo virtual.

Pues bien, una de las maneras de romper esa burbuja es sentir la intemperie. El organismo empieza a dejar de sufrir el aislamiento sensorial de una vida físicamente cómoda, y comienza a hacer aquello para lo que ha nacido: integrar estímulos provenientes desde todos sus rincones más recónditos. También los millones de ellos que no se perciben a nivel consciente. Y esto sienta bien. Y así nos conectamos al entorno y a nuestro ser. Y pensamos menos. Y pensamos mejor.

De hecho, el recordman mundial de exposición al frío Wim Hof efectúa actividades controladas para quienes deseen experimentar sensaciones extremas y acepten los riesgos inherentes (pero también los beneficios). He aquí un ejemplo de cómo se pasan unos días con él. No es que yo les anime a organizar actividades como estas… pero ahí está el bueno de Wim ofreciendo experiencias que pueden resultar muy liberadoras.

 

Como guinda del pastel, los paisajes nevados resultan pacificadores y terapéuticos por las propias cualidades físicas de la nieve.

A modo de conclusión: traducción práctica:

El frío es un elemento natural como cualquier otro (aunque cada vez haga menos). El Homo sapiens no se aísla al 100% de los riesgos, sino que aprende a conocerlos y los gestiona. No tenemos por qué ofrecer salidas completamente cómodas. Simplemente, diseñen las actividades adecuadas para el perfil de cliente adecuado:

Expliquen los riesgos.

Expónganles controladamente.

Explíquenles los beneficios potenciales y las claves evolutivas.

Identifiquen con antelación los miembros del grupo más susceptibles y adelántense a potenciales problemas.… y lo más importante de todo, incluyan sin falta una fase conclusiva en torno a un fuego o una estufa. Con ella, redondearán la experiencia. Se desencadenará algo maravilloso que llevamos en los genes: los clientes empezarán a rememorar las vivencias y anécdotas de la actividad; empezará el comadreo y la complicidad. Se sentirán vivos y unidos. Al fin y al cabo, el culto a la comodidad es nocivo para la salud… y quizá para el turismo.

Y no olviden salir al campo y renaturalizarse…

 

Por Carlos Fernandez, colaborador habitual y además  es un médico poco habitual y naturalista La faceta más convencional la cumple como gastroenterólogo y hepatólogo asistencial, siendo también investigador traslacional y clínico en el IDIPHISA

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