Turismo de aventura, un potencial para la reactivación del sector en Colombia
Un viaje de aventura incluye actividad física, entorno natural e inmersión cultural, además se hace en destinos con características geográficas y paisajes específicos. Colombia tiene muchas oportunidades en este sector.
En los últimos años se ha hablado del crecimiento del turismo colombiano. Según cifras del Mincit, durante el año pasado la llegada de visitantes no residentes a Colombia llegó a 4.515.932, superando la meta prevista y reflejando un crecimiento del 2,7 % con respecto a 2018. Además, en 2019 se presentó récord en ocupación hotelera que alcanzó el 57,8 %, en ingresos nominales de las agencias de viajes con un crecimiento del 3,7 %, en ingresos de los hoteles con un aumento del 10,6 %, en conectividad internacional con 17 nuevas rutas y 39 nuevas frecuencias internacionales y en pasajeros movilizados nacional e internacionalmente que alcanzó los 41,2 millones de pasajeros.
Ante la coyuntura actual, es lógico que se registre una contracción para el 2020 y los expertos pronostican una lenta recuperación del turismo. Un informe de Ostelea, Escuela de Management en Turismo, resaltó que Colombia tiene todas las posibilidades de aprovechar el turismo de aventura como pilar de la reactivación del sector. El estudio, detalla que no solo se puede apalancar con la llegada de viajeros extranjeros, sino que el turismo doméstico también podría beneficiarse.
Esto basado en las cifras de la Dirección de Metodología y Producción Estadística (DANE), las cuales revelan que en 2019 el 12,4 % de la población nacional realizó turismo interno, y cada persona gastó en promedio 18,4 dólares por día. Gran parte de los turistas se movilizaron por vías terrestres (vehículo particular 45,1 %), mientras que el 38,4 % utilizó el transporte terrestre público. El 13,4 %, restante se trasladó en avión.
Al respecto, Juan Enrique Henao alumno de Ostelea, indicó: “Otra señal del gran potencial del turismo de aventura para la recuperación de la industria es que, según la OMT, este segmento ha presentado mayor dinamismo al alcanzar un ritmo de crecimiento de 6,58 % anual. Si bien este en particular no es más consumido por los colombianos, eso mismo abre grandes posibilidades debido a que ofrece espacios donde el distanciamiento social es más factible”.
Henao, explicó que este segmento -normalmente- tiene lugar en destinos con características geográficas y paisajes específicos, además tiende a asociarse con una actividad física, intercambio cultural, interacción y cercanía con la naturaleza. La experiencia puede implicar algún tipo de riesgo real o percibido, que puede requerir un esfuerzo físico y/o mental significativo.
La Asociación de Viajes de Aventura (ATTA), lo define como un viaje que incluye al menos dos de los siguientes tres elementos: actividad física, entorno natural e inmersión cultural. Si bien la definición solo requiere dos de estos componentes, los viajes que incorporan los tres tienden a ofrecer a los viajeros una experiencia más completa.
En Colombia, los viajes de aventura han demostrado un crecimiento significativo en los últimos diez años, el cual viene en respuesta a las tendencias globales. A lo anterior, se debe resaltar que muchos de los lugares donde se realiza este tipo de turismo, fueron -durante mucho tiempo- sitios vetados por la guerra y después del proceso de Paz, han podido ser visitados. Muchas de las iniciativas en este segmento, se han dado por medio de comunidades que sufrieron el conflicto armado de una manera profunda y encontraron en el turismo oportunidades para rehacer la vida.
Las actividades más conocidas son: expediciones arqueológicas, festivales locales, avistamiento de aves, campamento, canotaje, espeleología, escalada (roca, montaña, hielo), cruceros, actividades culturales, eco-turismo, educación, medioambiente, pesca, caminata, cabalgatas, kayak (mar, lagunas y río), rafting, orientación, expediciones, navegación, buceo, skii, surf y trekking, entre otros.
“En nuestro país podemos encontrar ofertas a casi todas las actividades relacionadas, desde aventuras fuertes a unas más ‘suaves’. Los profesionales han hecho un mapeo para encontrar lugares apropiados y seguros para todos,donde se respete la esencia de la naturaleza y las comunidades que allí residen. Es cierto que hace falta más apoyo por parte del gobierno, pero los caminos se están abriendo y es importante que se continúe de esa manera”, enfatizó el alumno de Ostelea.
Lugares reconocidos
Para conocer un poco de cómo apoyar sitios en el país, hay zonas que se han especializado en el sector de aventura, aprovechando su esencia natural. Entre las más comunes podemos encontrar:
- Escalada en Roca: Suesca (reconocido mundialmente por este deporte), Cundinamarca, Boyacá, Santander, Valle del Cauca y Nariño.
- Parapentismo: Sopó y Antioquia.
- Rafting: Tobia, Nimaima, San Gil y río Pato.
- Montañismo: el Cocuy, y el Parque Nacional de los Nevados.
- Ciclismo: en cualquier región del país, con mayor frecuencia en Boyacá, Cundinamarca y Antioquia.
- Caminatas y trekking: Colombia tiene una innumerable cantidad de caminos por, desde caminos reales, de herradura, indígenas y rutas campesinas que están a la disposición de ser recorridas. Regiones como Santander, Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Tolima y el eje cafetero, hacen parte de las opciones, con diferentes climas y ambientes que valen la pena conocer.
- Fauna marina: al contar con dos océanos, hay un abanico de experiencias totalmente diferentes, aptas para los más aventureros como para los que apenas empiezan.
- Fauna y flora: mundialmente, somos reconocidos como el segundo país en Biodiversidad. El primero en especies de aves y orquídeas; el segundo en riqueza de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce; el tercer país en número de especies de palmas y reptiles; y el cuarto lugar en mamíferos.
“Vienen retos importantes como establecer nuevos protocolos de bioseguridad y aumentar la penetración del turismo nacional. Contamos con la capacidad de profesionales que seguirán trabajando en ello, donde hay que enfocarse en lograr el apoyo del Gobierno Nacional y las autoridades locales, que deberían contribuir con normatividad en reducción de impuestos, ayudas económicas, entrenamiento, capacitación y promoción, entre otros”, concluyó Henao.