¿Vende lo verde, lo sostenible, la calidad, responsabilidad, etc.?
Que yo recuerde desde que se inventaron principalmente los sellos ambientales, ecológicos, calidad turística, etc. enfocados a las empresas turísticas, el reclamo promocional se basaba en el gran valor añadido que le supondría a dicha empresa para promocionarse y venderse mejor, accediendo a ese gran mercado más verde o al turístico que busca una mayor calidad.
Los resultados son un hecho y para no herir susceptibilidades o no dejar a nadie fuera, omitiré los nombres de esos sellos y certificaciones, que además son muchas, pero como dice el dicho, “a buen entendedor pocas palabras faltan” o algo así (Soy muy malo en dichos y refranes)
En más de una década he hablado con muchos empresarios turísticos de diferentes países, tanto de Europa como de las Américas y prácticamente todos, me han confirmado que la inversión realizada, porque asi lo estimaban y no como gasto, no les ha ayudado en nada a incrementar sus ventas, que obviamente era el leiv motiv principal por el que lo hacían.
Por tanto el retorno de la inversión, su ROI, era prácticamente inexistente, en cuanto a respuesta de la demanda, pero sin embargo en determinados casos se lograba mejorar la eficiencia y eficacia de los procesos internos, la cuenta de resultados de los gastos energéticos, agua, mejora de adaptación al entorno, etc
Porque probablemente nunca se definió correctamente el objetivo de obtener dichos sellos y certificaciones, que debería ser para beneficiar la gestión interna y externa de los establecimientos y por supuesto de los destinos turísticos y no enfocarlo a obtener resultados de mejora en la respuesta de la demanda, pero claro ese otro argumento, el real, parece que no calaba en la empresa ni en destino y por tanto y a pesar que en muchos países estaba subvencionado por los organismos públicos, apenas ha dado resultados y la fidelización a los mismos, cuando no está subvencionada, ha sido muy baja.
Además otra de las causas de su no funcionamiento, es que cada “logo” de cada sello solo es reconocido por algunos segmentos de la demanda. Más bien diría, micro-segmentos y también depende y mucho del reconocimiento geográfico. Es decir un logo o un sello de los EEUU si ni siquiera es reconocido en todo el país, mucho menos en mercados europeos, por ejemplo y viceversa.
Pero es que además en estas últimas décadas han proliferado de una manera tremenda, tanto por temática, como por mercados, por lo que intuyo ha debido ser o lo es todavía, un buen negocio.
Si el sello o certificación quiere tener influencia en la decisión de compra del consumidor, éste donde éste, ha de incorporar aquellas variables y factores que determinen los beneficios tangibles o mejor medibles para esta demanda, sin necesidad de traducción (Sin tener que adjuntar guía alguna para averiguar qué beneficios se obtendrán)
Creo que el concepto de “#reputación” es la clave y en esta época, el mayor y mas importante certificador es el consumidor, mucho más que cualquier entidad pública o privada y de cualquier país.
Por tanto donde habría que actuar, si se quieren conseguir resultados efectivos, tanto a nivel de sostenibilidad, gestión ambiental, calidad turística, etc. es inequívocamente en los usuarios, consumidores,…, en la propia sociedad, que incrementará así, sus expectativas y por ende exigencias ambientales, y sociales hacia los destinos y empresas turísticas, provocando así un verdadero cambio en la actitud y gestión de las mismas.
No es que como dije en el titulo, un timo, sino un error en los objetivos que no ha logrado los resultados esperados, quebrando la confianza en dichos sellos y certificaciones.
Y aunque exista un buen maquillaje de esta realidad, basta con hablar con los compradores, profesionales y usuarios para conocer su efectividad.
Tan solo vayan cambiando la estrategia y enfocándola al consumidor final.
Un cordial saludo,
Arturo Crosby
Editor Natour
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