La acentuada dispersión geográfica del turismo lo convierte en una actividad progresivamente globalizada, otorgándole a los potenciales clientes (turistas) un número creciente de opciones. En este escenario, con turistas cada vez más informados, selectivos y exigentes, la atracción de IED y de “marcas globales” se ha convertido en una prioridad para muchos países —sobre todo los países en desarrollo— para poder insertarse en los circuitos turísticos internacionales.
En este nuevo escenario, los emprendimientos hotelero-inmobiliarios, estructurados como Centros Integralmente Planeados (CIP), como destinos en sí mismos; resultan particularmente atractivos para los promotores inmobiliarios e inversionistas.