Desde barcazas-hotel a lanchas, el turismo fluvial continuó atrayendo visitantes en el pasado 2018. Así, se llegó a 11,3 millones de pasajeros transportados en la red de 6.700 kilómetros de ríos y canales en Francia, administrados por la empresa Voies Navigables, VNF.Cabe destacarse que VNF es una institución administrativa pública de los Ministerios de Transición y Transporte Ecológico y Solidario.El citado incremento del 2% en los datos, en comparación con 2017, se debe en gran parte al retorno de los clientes extranjeros, que representan el 57% del número total de visitantes y hasta el 84% para el sector de cruceros.‘La práctica del turismo fluvial es parte de la tendencia del ‘turismo lento’, que toma su tiempo y combina el descubrimiento del patrimonio natural y cultural, pero también las prácticas deportivas o los placeres epicúreos, como la gastronomía o la enología’, ha destacado Thierry Guimbaud, que es el gerente general de los cursos de agua.Desde VNF también destacan que ‘estos buenos resultados refuerzan el crecimiento del sector luego de que las dificultades encontradas en 2016 enfrentan crudos y ataques terroristas’.En 2018, el turismo fluvial llevó a 463.000 personas a bordo; en comparación con los 426.000 de 2017, gracias a sus productos ‘llave en mano’ que permiten a los visitantes descubrir un territorio a bordo de un transbordador con una capacidad de 30 a 150 personas, o en una barcaza de hotel.Se apunta a que el eje del Rin fue un gran éxito, dado que dio la bienvenida al 48% de los pasajeros que optaron por un crucero por el río. Un total de 133 barcos se han detenido en Estrasburgo, una duplicación desde 2015.El crecimiento también ha continuado en el alquiler (sin licencia) de embarcaciones habitables, que tienen menos de 15 metros de largo y están equipadas con cuartos para dormir, con 26.000 contratos efectuados.En general, Voies Navigables de France estima que los beneficios económicos generados por el turismo fluvial cada año son de unos 630 millones de euros.
