La ruta de los 2.000 en el sur este de España: desde los picos de Filabres a las playas del Cabo de Gata
Hay pocos sitios en Europa donde un viajero pueda explorar y descubrir paisajes naturales y rurales no solo por ser atractivos sino por la diversidad que tiene en tan poco territorio, además de por la facilidad de accesos y el tiempo necesario en recorrerlo, que no es el mismo que para descubrirlo.
Les quiero presentar o proponer una ruta viajera que nace en los 2.000 mnm y baja hasta los 0 msnm, es decir desde lo alto de las montañas de la Sierra de Filabres (Provincia de Almería) a las playas y paisajes áridos del Parque Natural del Cabo de Gata. En coche por ejemplo hacer este gran desnivel de 2.000 m, representa apenas 1 hora, algo inédito en el continente.
Hay pocos sitios en Europa donde un viajero pueda explorar y descubrir paisajes naturales y rurales no solo por ser atractivos sino por la diversidad que tiene en tan poco territorio
Tengo pendiente desde hace muchos años preparar otra ruta que partiría desde el pico del Veleta (3.396 msnm, localizado en Sierra Nevada) comenzando esquiando en sus pistas, desde donde se puede observar el Mediterráneo sin problema e incluso a veces la costa africana, luego bajando por las Alpujarras Granadinas para después cruzar el desierto de Tabernas hasta el mismo parque natural de Cabo de Gata.
Pero esta vez aprovechando un viaje para conocer una muy interesante propuesta de un alojamiento rural en el municipio almeriense de Serón, “la posada del candil” opte por la Sierra de los Filabres, que es un macizo montañoso del sistema penibético (Andalucía, España) con su cota más alta en el Calar Alto (2.168 msnm ), y una longitud de 63 km limitando al norte con el valle del río Almanzora y al sur con los campos de Gérgal, Tabernas y Sorbas.
Cabe destacar la existencia de un comercio que es también turístico, basado especialmente en los embutidos y los aceites de oliva que se han ganado un reconocido prestigio, que por supuesto doy fe de ello.
Hay que reconocer que posiblemente la piedra angular de la oferta turística podría decirse que es La posada del candil, un alojamiento rural que es atractivo por sí mismo, no solo a nivel estético, que también, sino por su singularidad y el diseño sostenible de la edificación, que refleja a su vez la época morisca de la historia de esta sierra, lo que provoca una confortabilidad superior y si a eso le sumamos el entorno natural y las facilidades turísticas (apartamentos bien equipados) y claro la hospitalidad de sus propietarios Pepa y Javier, pues se convierte en visita y estadía obligada.
Toda esta zona y en general la sierra está dominada por pinos, pero dentro de estos hay que destacar los pinos negros que son endémicos (Aunque no tengo seguridad total), es decir únicos.
Estas montañas están relativamente cerca de Sierra Nevada y seguramente por el efecto fohen, hacen de esta zona un entorno casi árido con apenas precipitaciones de 300 a 400 mm anuales, y algo más en alturas superiores, que por otra parte asegura en cierta medida los días soleados a lo largo del año.
La sierra de Filabres es un territorio muy poco poblado con apenas algo más de 14.000 habitantes en sus 18 municipios, algunos como Serón con una arquitectura y urbanismo morisco, recordado por su castillo nazarí del siglo XIII. Al igual que en las no lejanas Alpujarras se aprecia la influencia del norte de África en sus pueblos y gastronomía.
Si miramos hacia el sureste y apenas a algo más de media hora nos encontramos enseguida con un territorio natural que llama la atención por su estética especial, que desde lo alto de la sierra, pasando por el antiguo poblado minero de Las Menas, se domina un paisaje de otro tipo de sierra de baja altura, el desierto de Tabernas, que por cierto es el único desierto de Europa con una extensión de 280 km2, lo que le configura diferentes micro-paisajes tan sugerentes, como para haber sido escenarios de muchas películas especialmente del genero western (Cabe señalar que fue el no va más para el antiguo espagueti-western) y que en el 2020 la Academia de Cine Europeo otorgó al Desierto de Tabernas y de manera unánime la distinción de “Tesoro de la Cultura Cinematográfica Europea”.
Si hay algo que cabe destacar en un desierto es el calor seco, que en verano, como el año pasado 2020, se alcanzaron temperaturas de casi 50ºC y un nivel de precipitaciones anuales de unos 200 mm, provocado seguramente por el efecto Foehn de Sierra Nevada.
Pero la ruta 2.000 no acaba en el desierto, sino que sigue hacia otro espacio único también, como es el Parque Natural del Cabo de Gata-Nijar, apenas a media hora en coche. Un parque que abarca 2 grandes ecosistemas muy llamativos por su relevancia en valores ecológicos y paisajísticos, el terrestre y el marino con especies endémicas algunas muy vulnerables.
He de admitir mi respeto y apego por este sitio natural, porque en su día, Diciembre del 1987, fui uno de sus promotores, y fue el primer parque marítimo-terrestre de Andalucía.
Muy resumidamente este territorio alberga uno de los paisajes más áridos de Europa y de los pocos de origen volcánico, con una línea litoral de 63 km protegidos. Una costa con acantilados de columnas de basalto contrastadas con playas y calas de arena, y unos fondos marinos de gran biodiversidad, donde todavía existen bosques de posidonia (Posidonia oceanica) y hasta 250 especies mas.
Cabe señalar la relevancia de este area natural por su vinculación ecológica (también histórica-cultural) con el norte de Africa (Marruecos y Argelia) no solo por compartir las mismas corrientes marinas sino también fauna y flora terrestre.
Y por supuesto por la coexistencia entre naturaleza, recursos naturales y aprovechamiento humano, como es el caso de las salinas del cabo de Gata, lugar excepcional para muchas aves, como los flamencos. Su zona de protección de 1 milla marítima en esos 60 km lineales le hace ser el mayor espacio marino protegido en la costa continental europea.
Una ruta en el sureste de España que resume en un corto espacio una serie de ecosistemas y paisajes increíbles por su gran valor ecológico, cultural y social y por su estética natural de paisajes llamativos y muy diversos.
Todavía no he encontrado operadores que ofrezcan este producto que seguro genera experiencias muy memorables, pero donde el criterio de capacidad de carga para ofrecer calidad es indispensable para su éxito.
Arturo Crosby
Editor Natour magazine