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Estados Unidos se hiela mientras Australia se quema

Adelaida, en el sur de Australia, alcanzó los 46,6º de temperatura la semana pasada. Nunca antes desde que hay registros, esta ciudad había pasado tanto calor. Mientras, el miércoles pasado, la ciudad de Chicago (EE UU) pasó más frío que nunca: -27º, que rozaron los -50 en sensación térmica debido al gélido viento. El servicio meteorológico estadounidense llegó a recomendar no respirar demasiado si se estaba en la calle. Entre ambas ciudades hay 16.000 kilómetros de distancia y una está en pleno verano y la otra en lo peor del invierno. Sin embargo, ambos fenómenos podrían tener un nexo común: el cambio climático, que está aumentando la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos.

Australia, en particular las regiones del sur, tienen un clima tan mediterráneo como el de España. Por eso no es raro que tengan sus propias olas de calor durante el verano austral, con sus episodios de sequía e incendios. Pero este año se están batiendo todos los registros. En Port August, a unos 300 kilómetros de Adelaida, marcaron la mínima más alta de la historia del país, con 24,6º. Pero más al norte, en la templada Nueva Zelanda también están pasando mucho calor. Con un clima que recuerda al de las Islas Británicas, en varias ciudades de la isla del sur han rozado los 35º durante varios días.

Mientras, en la mayor parte de Canadá y la región central del EE UU están sufriendo la entrada de aires muy fríos desde el Ártico en un fenómeno ocasional llamado vórtice polar. En condiciones normales, esta gran área de bajas presiones y aire extremadamente frío gira sobre el círculo polar, con fuertes vientos en sentido contrario a las agujas del reloj que retienen el frío alrededor del polo. Sin embargo, en ocasiones, la intrusión de masas de aire cálido desde el sur pueden interferir en este proceso, como rompiendo el circuito y desparramando el frio por el sur.

Aunque no hay una conexión evidente entre ambos eventos, recientes estudios han señalado que, a medida que el planeta se calienta, el clima se está volviendo más extremo. Un informe del Consejo Europeo de Academias de Ciencia, publicado el año pasado, mostraba cómo las olas de calor y las sequías se habían multiplicado casi en un 40% desde 1980, con un porcentaje algo inferior en olas de frío. Estas cifras, según sus estimaciones, podrían triplicarse a finales de siglo.

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