La pandemia arruina el turismo de nieve en Argentina
Al igual que ocurrio en Europa donde justo al comienzo de las nevadas (Cada vez mas tardias) de Marzo se cerraron todos los equipamientos de turismo de nieve, esta pasando en el hemisferio sur, cuando es su temporada alta
Todo indica que el 2020, quedará, literalmente, comouna temporada “en blanco” en las páginas de la historia de los centros de esquí del país. La pandemia de Covid-19 también golpea en el corazón de la montaña argentina. El temor a los contagios, el bloqueo del turismo nacional e internacional y los altos costos operativos se han convertido en un combo explosivo que derrite, al menos hasta mitad de julio, las posibilidades de apertura de los complejos, con una imagen paradójica de fondo: niveles récord de nieve.
Así es la realidad en los principales destinos invernales de la Argentina, donde las persianas se mantienen cerradas aunque, en algunos casos puntuales, hay esperanzas de operar al mínimo para los turistas locales. Pero, todo está en stand by , a la espera de las decisiones oficiales, de acuerdo con la evolución de la pandemia, por lo que el escenario es complejo de cara a las semanas que vienen. Mientras, las precipitaciones níveas son cada vez mayores, algo que empezó a evidenciarse en las últimas temporadas y que sigue sorprendiendo a todos, generando entusiasmo para los años venideros.
Eso sí, las pérdidas en el sector son impactantes: más de 1000 millones de pesos, sin contar el derrame que genera la actividad, con 5000 empleos fijos y 65.000 indirectos, según confiaron a LA NACIONfuentes del rubro. Por eso, la preocupación es grande, lo que llevó a las empresas a acudir en los últimos días al Gobierno nacional para recibir asistencia financiera y poder sostener a los trabajadores. Aseguran que la compleja situación se va “comiendo los días”, de los 90 que tienen para luego vivir durante los 365 del año. Al mismo tiempo, comprenden que es una cuestión donde debe primar la salud y la responsabilidad social empresaria.
Sobre las acciones puntuales para el sector, voceros del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación señalaron: “Se gestionó que los empleados temporales, que son muchos, entren en el ATP. Este fue un pedido puntual de las empresas del sector”.
“Las montañas van a estar ahí, siempre. Por eso, lo mejor es quedarnos en casa. Lo primero es la salud siempre, y más cuando la situación es grave, teniendo en cuenta que la actividad turística está cerrada”, expresa Pablo Torres García, presidente de la Cámara Argentina de Centros de Esquí y Montaña, además de gerente de Cerro Bayo, en Villa La Angostura, en Neuquén. “El costo de abrir es muy grande en todo sentido. Por eso, se analiza hacerlo en las comunidades donde estamos inmersos, como una oportunidad de esparcimiento y de movimiento de la actividad local, con todos los protocolos homologados. Pero todo está en pausa, a la espera de las autorizaciones oficiales, aunque sabemos que es difícil y que el impacto y las pérdidas en 2020 ya son una realidad y muy grandes”, analiza el empresario.
Resignarse y mirar adelante
Todo indica que, salvo algunas excepciones como parques de nieve o esquí que podrían abrirse para los locales, los complejos invernales deberán resignarse y poner sus ojos en la temporada 2021, con la expectativa de que el clima nuevamente les juegue a favor con nevadas como las de estos días.
De norte a sur, los principales centros de esquí del país son Las Leñas y Penitentes, en Mendoza; Caviahue, Chapelco y Cerro Bayo, en Neuquén; Cerro Catedral y Laderas, en Río Negro; La Hoya, en Chubut y Cerro Castor, en Tierra del Fuego. En la mayoría de estos sitios, con excepción de Mendoza, que no abrirá, todos esperan las novedades oficiales, aunque entienden que el tiempo se agota y que el escenario para esta temporada es sombrío. Así, las principales provincias donde reina el deporte blanco, la situación epidemiológica no está desbordada, pero hay preocupación por algunos rebrotes. Así, en Río Negro ya son más de 1050 los casos de Covid-19; en Neuquén, más de 660; en Mendoza, más de 260; en Chubut más de 190 casos y en Tierra del Fuego más de 150 positivos.
En el Valle de Las Leñas, la tristeza por el encierro se mezcla con alegrías momentáneas cuando se observan esos paisajes que muestran la cordillera toda blanca, “con la mejor calidad de nieve”, apuntan desde el tradicional centro de esquí mendocino, ubicado en Malargüe, en el sur provincial, a más de 340 kilómetros de la capital cuyana. “Pero esa nieve va a estar esperando el próximo año”, se esperanzan. Por prevención y cuidado de los trabajadores, las autoridades del complejo comunicaron que se veían imposibilitadas de abrir: la ubicación geográfica -en medio de la montaña- torna imposible hacerlo con todas las condiciones que demandan los protocolos sanitarios.
Mientras se analizan algunos planteos de las empresas, se estudian los casos particulares para poder operar con ciudadanos de la zona y se define cómo seguirá el sector, de fondo está la Cordillera de los Andes, inmóvil e imponente, regalando un paisaje único. Las laderas de los cerros están tapadas por un blanco manto de nieve virgen, lo que exaspera a los turistas que ansían esquiar.
La desesperación de los esquiadores
“Es una locura y una pena, viendo cómo está todo a full de nieve, no poder esquiar este año en la provincia. Me quiero morir porque hacía años que no se veía todo el valle tan lindo, tan blanco, pero creo que es una buena decisión, por el bien de todos. Más allá de no recibir turismo internacional, es importante que las empresas cuiden también a su gente”, piensa Martín González, un asiduo visitante mendocino de Las Leñas. “Teníamos ganas de volver este invierno a Chapelco, pero no faltarán oportunidades. Hoy, lo que prima es la salud de todos pero también el apoyo que necesita este sector, tan golpeado”, reflexiona María Moreno, una vecina del partido de San Martín, en Buenos Aires, quien suele recorrer los principales centros de esquí del país. También ha visitado Las Leñas en dos oportunidades.
“Hay muchas ganas y desesperación por volver a esquiar. Por ejemplo, en Cerro Bayo, con estas grandes nevadas y al estar cerrado el complejo, los pisteros no hacen el trabajo, por lo que hay que tener cuidado. Hay pobladores de la zona que se acercan al cerro caminando y es muy peligroso, porque se tiran por cualquier lado”, advierte Torres García, titular de la cámara del sector.
Chapelco es otro de los centros invernales que podría abrir sus puertas a los locales, aunque deben esperar el aval oficial, ya que se registraron nuevos casos de coronavirus en Neuquén que encendieron las alertas. “Estamos esperando poder abrir. Por cómo está la situación en la provincia y cómo va evolucionando pensamos en una primera apertura local, en la queesperamos contar con entre 300 y 800 esquiadores diarios,residentes de San Martín y Junín de los Andes”, indica Agustín Neiman, gerente general del complejo en San Martín de los Andes.
Los protocolos presentados son similares, con consideraciones generales de aplicación. Entre ellas, medidas de sanidad para el transporte de deportistas y peatones, protección en los puntos de atención al público así como control de las filas en los medios de elevación y durante el dictado de clases. También se estipula mantener el distanciamiento social de dos metros, el uso de barbijo, máscara y antiparras, la higiene de manos y del ambiente laboral.
De esta manera, el entusiasmo y las posibilidades se van acotando; dependen de la evolución de la enfermedad. Por eso, mientras sigue nevando y pasan los días, todos cruzan los dedos para que el fenómeno meteorológico se repita en la próxima temporada.