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Los descendientes de los esclavos del pasado son los turistas y peregrinos del presente

Este 2019 se conmemora el 400 aniversario de la llegada de los primeros esclavos a Virginia (EE UU) y Ghana ha puesto en marcha una iniciativa llamada ‘El año del regreso’ para unir a los africanos en la diáspora y promocionar África como destino. En ella participan muchos famosos

“Nosotros podemos denominarnos afroamericanos, pero la realidad es que ya no tenemos relación alguna con África. Digo ‘nosotros’ porque no soy el único, creo que ‘mi gente’ llegó desde Carolina del Norte… Pero es tan solo una pequeña parte del viaje que los míos empezaron en Ghana, un lugar en el que ya había reyes mucho antes de que existieran los monarcas europeos”, cuenta el estadounidense Michael Jai White, actor y director de cine que visitó el país africano a finales de 2018.

Él y otros 40 famosos descendientes de africanos que viven dispersos por el mundo participaron en The Full Circle Festival, ideado para fomentar el turismo en Ghana. Algunos de ellos fueron Idris Elba, Boris Kodjoe, Naomi Campbell, Anthony Anderson y Adrienne-Joi Johnson. Durante su visita, Akwamuhene Odeneho Kwafo Akoto III, líder del antiguo estado Akwamu ghanés, nombró a White jefe Oduapong, que significa árbol con fuertes raíces que no teme a las tormentas.

El Gobierno ghanés les invitó al país para participar en el Year of Return Ghana 2019 (el año del regreso, en español), una iniciativa que comprende actividades a lo largo de todo 2019. Entre estas se incluyen visitas a conjuntos patrimoniales, ceremonias tradicionales de curación, espectáculos teatrales y musicales, conferencias, foros de inversión y congresos sobre este regreso a África. El objetivo de esta acción es promocionar Ghana como destino turístico y lugar idóneo para invertir.

Este año también se conmemora el 400 aniversario de la llegada de los esclavos africanos a Jamestown (EE UU), y este proyecto representa una iniciativa para “unir a todos los africanos del continente con sus hermanos y hermanas que viven en diferentes partes del mundo”. Tal y como explicó el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo: “Conocemos los grandes logros que los africanos en la diáspora han conseguido y lo mucho que han contribuido a las vidas de los americanos, y por ello es importante que hoy, en este cuarto centenario, celebremos sus vidas y sus sacrificios”. Para recordarlo, muchos visitarán Ghana.

La Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color organiza también un viaje conmemorativo desde el Jamestown en Virginia (EE UU), hasta el Jamestown en Accra, Ghana.

Volver a las raíces

Los descendientes de africanos empezaron a repatriarse justo después del período de independencia de 1957, cuando el presidente Kwame Nkrumah invitó al país a muchos miembros de la diáspora, para que ayudaran a construir la nación. Entre ellos estaban Julian Bond, Martin Luther King Jr., George Padmore, Malcolm X, Maya Angelou, Richard Wright, Leslie Lacy, Muhammad Ali y W.E.B. Du Bois.

En 2018, el Banco Mundial otorgó 40 millones de dólares a Ghana para desarrollar su turismo de patrimonio cultural y se espera que esto ayude a impulsar el crecimiento económico.

En los años 90, el presidente Jerry Rawlings impulsó el turismo de patrimonio cultural, basado en la trata de esclavos entre África y América y en el panafricanismo. Las fortalezas y los castillos de las costas de Ghana son ahora elementos fundamentales del patrimonio y sirven a la estrategia de promover el turismo y el desarrollo.

Además, se crearon algunos eventos como el Panafest (un festival de teatro y artes panafricanas) y el Día de la Independencia, dedicados a fomentar el panafricanismo y atraer a todos los afrodescendientes que viven fuera del continente, sobre todo a aquellos que residen en América.

En 2007, con motivo del cincuenta aniversario de la independencia del país, el presidente John Kufour colaboró con el Discovery Channel en el estreno de Ghana – The Presidential Tour, un documental en el que presentaba El Proyecto Joseph, dirigido a los afroamericanos cristianos de clase media.

Las fortalezas y los castillos siguieron siendo el centro de atención, aunque también había otros proyectos que incluían el desarrollo de jardines conmemorativos, pruebas de ADN y viajes patrocinados. Por otra parte, también se propuso desarrollar un centro multicultural en el que convivieran varias religiones en Assin Manso, el lugar en el que los prisioneros africanos se bañaban por última vez antes de que los trasladaran a los barcos para ser vendidos como esclavos.

El presidente John Atta Mills continuó el proyecto del turismo de patrimonio cultural para fomentar el desarrollo. En 2009, el entonces presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, el mayor ejemplo de este perfil de afrodescendiente que regresa como turista y peregrino, visitó el Castillo de la Costa del Cabo.

Más adelante, en 2015, el presidente John Mahama pidió ayuda a la Unesco para seguir financiando el proyecto y conseguir un mayor desarrollo de este tipo de turismo. A lo largo de los años, los diferentes gobiernos han ido ofreciendo diversos alicientes, como conceder permisos de ciudadanía o doble nacionalidad, incentivos fiscales y tierras a los descendientes para intentar que vuelvan a África.

El regreso como negocio

Desde la publicación de Raíces, la famosa novela y, posteriormente, serie de televisión de los años 80 escrita por Alex Hayley, los africanos en la diáspora involucrados en el “turismo de patrimonio” (también llamado “turismo de raíces” o “peregrinaje”) han ido regresando a África. Esto enturbia un poco las diferencias entre viajar, hacer turismo y peregrinar.

Los descendientes visitan fortalezas y castillos, que son una representación material de la muerte, la violencia y el avasallamiento al que fueron sometidos los africanos durante la trata transatlántica de esclavos. En estos lugares, precisamente, se les mantenía presos para poder traficar con ellos y utilizarlos como esclavos en el Nuevo Mundo, si bien hay diferentes interpretaciones de las historias que se cuentan en estos lugares de peregrinación. También se pueden visitar otros monumentos como el Palacio de Manyhia en Asante, que refleja la gloria de un majestuoso pasado africano.

En 2018, el Banco Mundial otorgó 40 millones de dólares a Ghana para desarrollar su turismo de patrimonio cultural y se espera que esto ayude a impulsar el crecimiento económico.

Sin embargo, sigue habiendo diferentes formas de ver tanto el patrimonio como el turismo y el desarrollo, ya que algunos piensan que puede ser un modo más de explotar y destruir el país a base de repetir y perpetuar las estrategias de dominación y subdesarrollo estructural propias del colonialismo.

Un reclamo

El Year of Return 2019 se desarrolla, aún, en el contexto de una cultura capitalista relacionada con una serie de prácticas, discursos y significados muy complejos.

Para comercializar con el regreso de estos descendientes es necesario que la historia de la trata de esclavos se convierta en un producto que ellos puedan consumir. Aquí es donde vemos la dura ironía de la realidad: la mercantilización del patrimonio dirigido a estos africanos en la diáspora está basada en lo que una vez fue la mercantilización de las personas llevada a cabo con la trata de esclavos.

Los descendientes de esos esclavos del pasado son, hoy, los turistas y peregrinos del presente. Aun así, África siempre ha estado presente en los imaginarios de la diáspora y los comentarios de White tienen repercusión. Para muchos, ese regreso simboliza el reclamo de su patrimonio, porque siempre han considerado África como su patria, fuente de la resistencia negra, orgullo y dignidad.

Tanto para los africanos como para descendientes como White, conocer sus raíces es muy importante. Todavía hay que ver si eso conllevará un compromiso real y a largo plazo con el continente para percatarse del potencial que tiene para explotar el patrimonio en el futuro.

Rachel Ama Asaa Engmann es profesora asistente de estudios africanos, arqueología y antropología del Hampshire College.

Este artículo, publicado previamente en The Conversation ha sido traducido con la colaboración de Casa África. Traducción: Carolina Díaz.

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