Editorial

Turismo sostenible en el extremo sur del Planeta: Peninsula Magallanes

 

Ubicado y escribiendo desde Punta Arenas, la ciudad más austral de nuestro Planeta Tierra y sin ánimos de entrar en polémica de competiciones geográficas, y a la par de estar preparando el primer Foro de Turismo Magallanes con la Universidad UMAG, a finales de agosto, cuando las temperaturas en el hemisferio norte y en países como España suben mas de 30ºC, por aquí oscilan entre los 0ºc y 5ºC, con cierta humedad ambiental y a veces con sensaciones térmicas de -5ºC.

Sin embargo como me afirman llevan ya unos últimos años con muy poca nieve, aunque parece que al otro lado, en la parte Argentina de Ushuaia (Cerro Castro) si tienen.

El debate en la región se enfoca en la sostenibilidad y la competitividad del turismo, en la tremenda estacionalidad que hace como ahora tener una temporada baja, donde apenas hay establecimientos hoteleros o más bien de alojamientos abiertos, que coincide con la temporada alta del turismo emisor europeo, uno de los mercados más importantes para la zona.

La vulnerabilidad y fragilidad del ecosistema subartico obliga a planificar un turismo no solo muy respetuoso con el entorno natural, sino que condiciona la gestión de esta actividad económica, en función del impacto ambiental, pero también en la rentabilidad económica, que por lo que se aprecia, está basada en un precios muy altos, que realmente no responden a la realidad del mercado ni a las expectativas de los viajeros. Esto es como el dicho turístico popular del turismo español  de “hacer el agosto”, que obviamente conlleva consecuencias posteriores.

La Península de Magallanes es un futuro destino turístico, porque ahora se podría considerar más un territorio con una oferta turística, que tiene infinidad de recursos naturales a poner en valor, pero hay que saber diseñarlo, estructurarlo y tener una visión de futuro, con la apuesta hacia un modelo innovador, en el que s e conjugue armónicamente sostenibilidad y competitividad, pasando de la teoría a la práctica.

Al fin y al cabo es un laboratorio ideal donde hasta la misma Universidad de Magallanes quiere jugar un liderazgo clave, poniendo en valor el conocimiento del terreno con la realidad del mercado.

Donde estamos se considera Patagonia, hermana de la parte Argentina, al otro lado de los Andes, pero sin embargo este mismo mercado turístico, solo considera Patagonia a la parte argentina, muy posiblemente porque han sabido empoderarse y posicionarse, pero como me comentaba el propio Vicerrector académico de la UMAG, Dr. Andrés Marcilla, la parte chilena no es patagónica, por sus condiciones geo-ambientales, sino mas bien es una zona subAntartica, con unas influencias climáticas diferenciadas y por ende este debería ser el mejor enfoque para construir un turismo sostenible – por necesidad- en este extremo sur del planeta.

Al fin y al cabo, nos encontramos a tiro de piedra (Es un decir para las distancias en la Región) de la Antártida, cuyo último punto, fuera ya del continente, el famoso Cabo de Hornos, donde los barcos naufragaban huyendo de piratas, nos orienta hasta donde se puede llegar antes de adentrarse en ese otro mundo del hielo, donde también el turismo ha incursionado de forma muy importante, aunque por ahora solo accesible a un mercado de alto poder adquisitivo.

Es sin ninguna duda no solo un laboratorio biológico y ecológico, sino también un escenario de experimentación turística de alto nivel.

Un cordial saludo

Arturo Crosby

CEO

Forum Natura Internacional

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