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Factores psicológicos que motivan o no, la acción contra el cambio climático

Premio Fronteras del Conocimiento a Elke Weber

  • La galardonada ha investigado las “respuestas humanas” ante la crisis ambiental desde ”una perspectiva interdisciplinar que se nutre de la psicología, la neurociencia, la economía del comportamiento, la sociología y la ciencia medioambiental”
  • El jurado destaca que sus trabajos determinan que “los procesos de decisión no se guían por principios plenamente racionales” y que para persuadir a la acción ante los retos ambientales se “requiere algo más que una argumentación lógica”
  • Según ha revelado la investigación de Weber, los tres factores que más influyen en la toma de decisiones medioambientales son aludir a impactos específicos, más que a conceptos generales; activar emociones positivas sobre los avances que se pueden lograr a través de la acción colectiva; y la experiencia o proximidad personal al problema
  • Weber fue la primera psicóloga en formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), en el año 2010, y el jurado la reconoce como “una influyente asesora de política ambiental” a escala internacional desde la perspectiva de las ciencias del comportamiento

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Humanidades y Ciencias Sociales en su XVI edición se ha otorgado ala psicóloga Elke Weber (titular de la Cátedra Gerhard R. Andlinger de Energía y Medio Ambiente y catedrática de Psicología y Asuntos Públicos en laUniversidad de Princeton)por haber estudiado “la toma de decisiones medioambientales y las respuestas humanas al cambio climático desde una perspectiva interdisciplinar que se nutre de la psicología, la neurociencia, la economía del comportamiento, la sociología y la ciencia medioambiental”.

El acta destaca que Weber “también es una influyente asesora de política ambiental y participa ampliamente en foros como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas”, en el que, de hecho, fue pionera al introducir por primera vez la psicología como un campo fundamental desde el que combatir este desafío ambiental en el año 2010. El premio a la Profesora Weber–finaliza el jurado– está también motivado por “su capacidad para extraer ideas de una amplia gama de disciplinas y utilizarlas para ponerlas en práctica en acciones consecuentes que beneficien a todo el mundo”.

Los nominadores de la profesora Weber –Susan Fiske, premio Fronteras del Conocimiento en Humanidades y Ciencias Sociales en su edición XII; y Simon Asher Levin, premio Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación en su edición XIV– destacan que ”ha descubierto que la toma de decisiones de las personas sobre la acción ambiental y climática depende mucho más de las normas sociales percibidas que de actitudes personales estables, una idea que está transformando rápidamente nuestra comprensión de lo que motiva la acción social positiva y cómo diseñar intervenciones conductuales y políticas para lograr ese objetivo.”

“Combina y vencerás”

A mediados de los años ochenta, la profesora Weber comenzó sus primeros trabajos en teoría de toma de decisiones e incertidumbre aplicada al mundo financiero. Posteriormente obtuvo su primera posición académica en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, donde el decano le encargó que uniera a todos los investigadores del campus que estuvieran trabajando sobre la toma de decisiones, independientemente de su campo de especialización. Fue entonces cuando Weber acuñó la expresión que posteriormente ha repetido en numerosas ocasiones y que refleja la importancia que para ella tiene la idea de traspasar las líneas que marcan las disciplinas científicas para poder abordar un objeto de una manera completa: “Combina y vencerás”.

En esa época también llegó a la conclusión de que “en cierto sentido, el cambio climático es una tormenta perfecta. Todas las cosas que nos dificultan el comportamiento en otras situaciones, como no comer bien o no ahorrar lo suficiente para nuestra jubilación, están ahí con el cambio climático, en el sentido de que la acción es costosa ahora mismo y los beneficios de las acciones llegarán más tarde. Pero al menos con una alimentación sana y la inversión, las consecuencias vuelven a ti, a tu yo futuro. Pero en el caso del cambio climático, la gente percibe que afectará a las generaciones futuras en lugares lejanos. Así que también hay un componente de acción colectiva. Y al mismo tiempo la atribución es mucho más difícil. Es una cuestión compleja y difícil de abordar desde un punto de vista científico”.

“Ninguna disciplina tiene todas las respuestas”, considera la catedrática de Psicología y Asuntos Públicos en Princeton. “Necesitamos respuestas desde la ingeniería, desde la economía, pero también necesitamos la acción individual y la acción colectiva. Y creo que el gran avance de los últimos 20 años ha sido la economía del comportamiento, al comprender que no todas las decisiones que se toman, incluso por parte de los responsables políticos, son racionales”.“Los actores políticos y económicos –continúa– son personas como todos nosotros, tienen sentimientos y normas de conducta. Y si no tenemos en cuenta todas las formas en que los humanos procesan la información y toman sus decisiones, en muchos sentidos estamos dejando de utilizar herramientas fundamentales”.

Los factores que más pueden movilizar a la toma de decisiones climática

En su artículo publicado en la revista ClimaticChange en el año 2006 ‘Experience-Based and Description-BasedPerceptions of Long-Term Risk: Why Global Warming Does Not Scare Us’(‘Percepciones del riesgo a largo plazo basadas en la experiencia y en la descripción: Por qué el calentamiento global no nos asusta’) la profesora Weber resume en tres ideas fundamentales su investigación sobre la percepción y la acción frente al cambio climático.

La primera de ellas es que el cambio climático no suscita tanto miedo como otros fenómenos extremos más concretos, “como los huracanes o los incendios forestales”, tal y como ejemplifica Weber, y por tanto es menos probable que motive la acción sin una mayor intervención. “El cambio climático –desarrolla– es un fenómeno estadístico, y sabemos que a los humanosnos importan los relatos. Nos importan las historias. Nos importan las cosas que nos pasan personalmente”.

En segundo lugar, Weber introduce la esfera emocional: en su opinión, el relato pesimista de que se ha superado el punto de no retorno en la acción climática es contraproducente. Por el contrario, lo que según su investigación funciona para motivar a la gentea pasar a la acción son las emociones positivas. “En lugar de sentirte culpable porque eres parte del problema, te sientes orgulloso porque eres parte de la solución. Creo que el mensaje realmente importante que hay que transmitir es que es posible actuar. Es un problema difícil. Es un problema perverso. Pero sabemos lo que hay que hacer en términos de energías renovables, en términos de energía nuclear, en términos de captura de carbono… Y sabemos que no nos va a llevar a la quiebra. Va a ser muy bueno para algunos sectores de la economía. Y además, el comportamiento individual en el sector privado puede marcar diferencias. Así que creo que un mensaje muy importante que se debería trasladar a los medios de comunicación es decirle a la gente cuáles son las acciones más eficaces que pueden tomar en sus puestos de trabajo y como ciudadanos en su país”.

El tercero de los elementos que incorpora la investigación de Weber es el de la cercanía de la experiencia: para Weber, la forma más eficaz de concienciar a la gente es la experiencia personal. “Cuando ves que ocurre en tu patio trasero –destaca–, cuando ves que los huracanes se vuelven mucho más intensos y llegan cada dos semanas en lugar de dos por temporada… Creo que la experiencia personal es un maestro muy poderoso”.

La primera psicóloga en unirse al IPCC

Hasta el año 2010, ningún experto del área de la psicología se había incorporado al IPCC. Weber fue la primera, en un equipo de miles de científicos:“Había más filósofos morales que psicólogos. En parte, se debía a que los economistas pensaban que sabían cómo las personas toman decisiones: de manera racional, y así no hacían falta psicólogos”. A este respecto, Weberse considera “como una misionera de la teoría de la decisión conductual”. A su primera aportación en el panel le han seguido muchas otras: “Y ahora –destaca– tenemos por primera vez un capítulo independiente sobre soluciones del lado de la demanda y procesos sociales. Así que, en un ciclo de siete años, se han logrado enormes avances”.

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