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Fracasa el intento de crear una gran reserva marina en la Antártida

Aunque 22 de los 25 países que conforman la Comisión del Océano Antártico apoyaron la iniciativa, China, Rusia y Noruega se opusieron a la creación del área marina más grande del planeta.

Luego de dos semanas de reuniones en Hobart (Tasmania, Australia), en las que delegaciones de 25 países discutieron si era posible crear o no una gran reserva en la Antártida, el debate llegó a su fin. Ese territorio no tendrá el área marina más grande del planeta. China, Rusia y Noruega se no estuvieron de acuerdo con la medida, apoyada por los otros 22 gobiernos.

Llamada oficialmente Comisión del Océano Antártico (CCAMLR, por sus siglas en inglés), este grupo de países quería que se protegieran 1,8 millones de kilómetros cuadrados de océano. ¿El motivo? Aunque la Antártida es un territorio protegido, las aguas que la rodean no. Sobre ellas se ciernen serias amenazas que tienen inquieta a la comunidad científica. La principal es la pesca del kril, un camarón rico nutricionalmente (tiene abundante omega 3) y muy usado en farmacología, que es fuente de alimento para varias especies.

Para Frida Bengtsson, delegada de Greenpeace en la cumbre, que 22 países respaldaran la iniciativa es una buena noticia. Pero, dijo a El País de España, resulta muy complicado que todos lleguen a un acuerdo. “Se ha perdido una oportunidad histórica para crear en la Antártida el área protegida más grande de la Tierra y salvaguardar la biodiversidad”, advirtió.

“Durante 2009, la CCRVMA acordó un mandato para crear una red de santuarios, pero desde entonces parece que sus esfuerzos diplomáticos apuestan a la expansión de la pesca y no a la conservación del océano. La Comisión debería ser apta para cumplir con su propósito, siendo parte de la solución y no del problema. Hoy no existen argumentos que sustenten no avanzar en su aprobación, incluso hay delegaciones que hicieron un trabajo serio y científicamente fundado sobre la creación del santuario”, explicó a través de un comunicado Estefanía González, coordinadora de la campaña de Greenpeace por la protección de la Antártida.

A lo que se refiere es al trabajo de delegaciones como las de Chile y Argentina que, a sus ojos, presentaron una “propuesta sólida para crear un área marina protegida en la península Antártica. Ambas delegaciones han sido un ejemplo y su trabajo refleja sus intenciones de conservar y resguardar la fauna de la Antártica”.

Sin embargo, China y Rusia jugaron un rol muy distinto. De acuerdo con Greenpeace las delegaciones de esos países intentaron dilatar las discusiones y obstruyeron todas las oportunidades de discusión. Noruega, por su parte, estuvo a favor de la propuesta pero votó en contra porque proponía dividir el área en dos.

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